| Por Adriana Puiggrós | En los últimos doce años la educación universitaria pasó a definirse como un derecho universal y el gobierno desarrolló políticas públicas tendientes a hacerlo efectivo, utilizando quizá como principal herramienta la ampliación de la distribución territorial de la misma. Sin embargo, desde el neoliberalismo se sigue denostando a la universidad gratuita por razones ideológicas. Ante este nuevo escenario, es momento de defender la universidad pública, autónoma y las modificaciones producidas en la última década.