| Por Nelly Minyersky y Andrea Soledad Villeres | Es indudable que a lo largo de las últimas décadas se han logrado importantes avances en relación a los derechos de las mujeres. Sin embargo, aún existe una gran deuda vinculada al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Para lograr una verdadera igualdad entre hombres y mujeres que nos permita pasar de la teoría al ejercicio pleno de derechos, es imprescindible remover patrones culturales, prevenir la violencia de género y desarticular las relaciones de poder sobre las mujeres que promueven y sostienen la desigualdad.