| Por Carlos de la Vega | La competencia por los recursos naturales a escala global y la estrategia que se han dado las mayores potencias mundiales para obtenerlos, es una realidad incuestionable. Los pueblos de la Unasur deben prepararse para asegurar la defensa de su gente, su patrimonio y sus identidades, y esto sólo es posible a partir de un trabajo mancomunado.