| Por Luis Campos | Los recientes debates sobre la reforma laboral se han limitado a intentar reducir el alcance de los derechos reconocidos en la legislación laboral. Se repite una vez más el viejo diagnóstico que le atribuye a dicha normativa los déficits del mercado de trabajo. El fracaso de las iniciativas gubernamentales abre la puerta a la discusión de “reformas laborales” que pongan el centro de atención en las personas que trabajan.