| Por Roberto Kozulj | Las políticas energéticas requieren ser pensadas para el largo plazo. Sin embargo, nuestro país se caracteriza por un pendular según el humor y los ciclos de la economía global. Un sector energético que encarna una continua disrupción de las visiones acerca del rumbo que se debería emprender en aspectos tales como los institucionales, los regulatorios, los referidos a la política de precios, tarifas y subsidios, etc., necesita de manera urgente una planificación que nos permita vincular la provisión de energía al modelo de desarrollo.