Etiqueta: Ciencia y Tecnología

| Por Pablo Lavarello y Graciela Gutman | El artículo muestra cómo la pandemia dejó en evidencia la importancia de la infraestructura nacional vinculada a la ciencia y tecnología. En este sentido, los autores destacan la necesidad de contar con un sector empresarial interesado en desarrollar la biofarmacéutica a partir de los avances locales, a pesar del fuerte poder que detentan las empresas multinacionales.

| Por Matías Kulfas | A través de cinco etapas que van desde la industrialización asociada a la fase primaria exportadora hasta uno más abierto y flexible, que comenzó a inicios de la década de 1990, y que encontrara una fase “heterodoxa” desde el año 2003, cuando si bien se han dado notorios avances ha quedado entre los desafíos a futuro avanzar en el cambio estructural. En este marco propone diseñar un nuevo proyecto industrial que incorpore los desafíos del presente, orientado a crear capacidades de modo que ciencia y tecnología pase a ubicarse en el centro de la escena, incluyendo la conformación de clusters tecnológicos en torno a recursos naturales, servicios de ingeniería, industrialización verde y la necesidad de aggiornar a las industrias tradicionales a tales desafíos.

| Por Fernando Porta y Fernando Peirano | Para poder darle un carácter duradero al crecimiento económico experimentado en la región en las últimas dos décadas, es esencial, como lo planteaba hace ya cuarenta años Ferrer, el fortalecimiento de la capacidad local de generación y absorción del conocimiento científico y tecnológico, en una región que se caracterizaba tanto por el potencial de su dotación de recursos como por la profundidad de sus desigualdades sociales.

| Por Esteban Magnani | El desarrollo de la ciencia y la tecnología en nuestro país desde el retorno de la democracia oscila entre dos modelos, uno soberano y que busca un desarrollo propio, y otro que busca insertarse en la economía global de forma subalterna aprovechando las ventajas comparativas de algunos de sus recursos naturales. Alcanzar el horizonte del primero de ellos requiere una educación sostenida y amplia que explote el potencial humano, para poder dar respuestas concretas a problemáticas locales mejorando la calidad de vida del país. Esa sigue siendo una deuda pendiente.

| Por Diego Hurtado | La Argentina se encuentra en una encrucijada. El nuevo gobierno niega el papel protagónico del Estado y se ocupa de desmontar los logros alcanzados en el campo de la ciencia y la tecnología. Contrariamente a ello, lo que necesitamos es un Estado inteligente, robusto y con la legitimidad política para disciplinar a los poderes fácticos, un empresariado convencido de que hay que diversificar la estructura productiva y una política exterior consistente con el proyecto de desarrollo económico. Solo con ello podremos pensarnos nuevamente como un país soberano y liberado del colonialismo corporativo.

| Por Gimena Perret | Hoy en día se tiende a afianzar la idea de que la tecnología es en sí misma buena, bella y verdadera, olvidando el contexto social más general en el cual está inmersa, y los cambios que genera en distintos ámbitos de la vida de las personas. Es necesario generar un pensamiento crítico que permita repensar la relación ciencia-tecnología-sociedad.

| Por Juan Carlos Mena | Si bien sólo el 20 por ciento de los estudiantes universitarios de nuestro país cursa sus carreras en universidades privadas, la tendencia de los últimos años es al achicamiento de esa brecha, mientras que su contribución a la sociedad ha ido aumentando a partir de una mayor participación en los ámbitos relacionados con la ciencia y la tecnología.

| Por Erica Carrizo y Victoria Alfonso | Durante mucho tiempo el modelo de desarrollo científicotecnológico de nuestros países siguió los parámetros dictados por los centros de poder, centrados en el desarrollo consumista, y desvinculándose de los problemas sociales y productivos de la región. El desafío es generar una política de CyT que sirva a la construcción de la soberanía nacional.

| Por Martín A. Isturiz | La ciencia y la tecnología están atravesadas por intereses concretos y poderosos. La dependencia tecnológica produce dependencia económica, política y cultural. Para evitar esto es necesario que el Estado juegue fuerte, desarrollando proyectos públicos de envergadura destinados a resolver necesidades estratégicas, sociales y económicas.