Entrevista a Silvia Augsburger: “Necesitamos cambios estructurales”

Entrevista a Silvia Augsburger: “Necesitamos cambios estructurales”

| Diálogos políticos: buscando consensos |

La ex legisladora nacional del Partido Socialista explicó las posiciones de su fuerza, que se plantea acabar con la regresiva estructura impositiva del país.

Silvia Augsburger fue diputada nacional por el Partido Socialista y dejó un legado: es una de las dirigentes políticas que impulsó legislativamente el matrimonio igualitario en la Argentina. Voces en el Fénix conversó con la dirigente rosarina sobre las posibilidades que existen de generar en otros ámbitos consensos similares a los que se alcanzaron durante el debate por esta ley que amplió las libertades civiles en el país.

-Se consiguió la ley de matrimonio igualitario. ¿Qué siente, siendo usted una de las impulsoras?

-Fue un debate interesantísimo. Fue un cambio que se notó en la calle. Por primera vez, las parejas del mismo sexo se besaban y se abrazaban. Antes tenían reparos para hacerlo. Pero no es solamente la ley y el derecho a poder casarse, como los estén haciendo 200 o 300 parejas, sino que es una transformación social. Vamos a poder a avanzar en otros derechos. En lo personal, es la primera vez que siento que una acción concreta y directa transforma la vida de las personas. La política en general tiene pocas satisfacciones.

-¿Cree que en la Argentina se disputan dos modelos y que eso se corresponde a oposición y oficialismo?

-Hoy, a pesar de tantos años de crecimiento, la brecha entre los más ricos y los pobres no se acentuó pero se sostuvo. No hay espacio para grises. Si uno realmente quiere afrontar de fondo el problema en nuestro país y en Latinoamérica, necesariamente tiene que tomar las medidas estructurales para empezar a romper con esa brecha de desigualdad. No hay posibilidad de ser medio progresista. Hay una única alternativa. A quienes no afrontan una reforma tributaria para que empecemos a tener un país más justo, los ubico a todos del mismo lado. Si uno afronta ese problema, va a ver la resolución de otras cuestiones. Por ejemplo, el tema de la seguridad. No hay posibilidad tener iniciativas para de discutir este tema mientras algunos se cargan de bolsas en los shopping y viajan en 4 x 4 ostentosas y otras personas abren las puertas de los taxis. Tenemos un contexto internacional absolutamente favorable que no tuvimos por lo menos desde el 83 a esta parte. Con los precios relativos, la Argentina tiene la posibilidad producir para el mercado internacional, es un mercado que no se puede desaprovechar. No sabemos cómo va a transformarse el mundo. Necesitamos hoy hacer esos cambios de fondo. El oficialismo no tiene voluntad para hacer esos cambios estructurales. Desde el socialismo entendemos que tenemos que construir un espacio alternativo que hoy no está construido. Queremos ayudar a conformarlo.

-¿Cree que son posibles los consensos con otras fuerzas políticas?

-No nos vamos a poder poner de acuerdo con aquel al que queremos tocar, o sea con la economía concentrada, con los sectores que más tienen que nos van a cuestionar. Podemos hacer un núcleo duro entre los pensamos que debemos tocar a la economía concentrada, tener una estrategia para poder generar una mayoría. La política es confrontación. No creo que los sectores privilegiados cedan fácilmente lo que les queremos sacar. Como con el tema de las mujeres, que yo trabajo mucho. No es sencillo que en una sociedad machista los varones cedan fácilmente sus privilegios. Hay que generar ese núcleo duro y desde ahí confrontar. Pero no creo que haya que confrontar permanentemente con todos los sectores. Hay que buscar sectores con los que haya acuerdos por presupuestos mínimos. Y eso no lo ha buscado el oficialismo que le interesó la confrontación y ubicar a todo el mundo del otro lado. Ellos dicen ‘soy yo, o la oscuridad; soy la izquierda, y todo lo demás la derecha’.

-Hugo Biolcatti hablando en la Rural, Jorge Bergoglio con “la guerra de Dios” y Héctor Magentto citando en su casa a los líderes de la oposición le dan bastantes argumentos al gobierno…

-Se estimula eso. Eso es lo que no compartimos. Buscamos generar otra cosa. En el Frente Progresista y en el espacio que queremos conformar hay muchísimas diferencias que se ven en el parlamento. Pero sin embargo estamos dispuestos a hacer ese programa mínimo que necesita Argentina para empezar a caminar. Eso es lo que buscamos. En otras cuestiones, con los partidos con los que hemos venido construyendo, tenemos diferencias, como con el matrimonio igualitario. Los diputados y senadores de la Unión Cívica Radical votaron en contra. Pero la idea es ponerse acuerdo en 3 o 4 temas, después cada uno tendrá sus visiones. Si es que realmente queremos cambiar, tenemos que pensar en la construcción de un espacio y de una fuerza que no es ni para el 2011 ni el 2015, sino mucho más allá. Si uno no piensa en construir esa fuerza ahora es difícil construir la alternativa, pero hay que pensar a más largo plazo. El contexto internacional nos permite esa posibilidad que no podíamos pensar hace poquitos años. Con Eduardo Duhalde y con Fernando De la Rúa estábamos tapando agujeros.

-¿Qué postura tienen frente a la disputa por los bienes naturales?

-Es muy interesante la estrategia del oficialismo. Mientras el senador Daniel Filmus es el que presenta el proyecto con los presupuestos mínimos para proteger los glaciares, todos los gobernadores que adhieren al oficialismo se apuran a promover leyes provinciales para extraer esos recursos rápidamente antes que llegue la ley nacional. Tenemos que trabajar mucho con las asambleas ciudadanas, son las que mejor están trabajando y que están poniendo el tema en agenda. Tenemos que escucharlos y rápidamente sancionar leyes de protección. En muy pocos años no vamos a poder revertir el proceso. Argentina tiene recursos como ningún otro país en Latinoamérica. Argentina tiene todo, como no protegerlo. Hay que hacer lo que hicimos con ley de bosques. El Congreso hizo lo que tenia que hacer y lo va a hacer tardíamente con los glaciares. Pero hay una gran responsabilidad de quien gobierna. El gobierno tiene que ser muy estricto con el cumplimiento de las normas.

-¿Qué es lo más destacable de la experiencia de gestión en Santa Fe?

-En Santa Fe llevamos un período de gobierno. Y en Rosario llevamos 20 años de gestión. Podemos mostrar los proyectos de largo plazo, independientemente de quién está a la cabeza de la gestión: proyectos de salud pública, de descentralización de la asistencia social y de todos los trámites que permite la gestión local. Son iniciativas que se sostuvieron y no cambiaron cuando cambió el gobierno. Esto hoy permite tener un sistema de salud pública envidiable, de altísima tecnología para los sectores más humildes. Son cosas que no se hacen en 2 o 3 años, sino en 20, más allá de los distintos momentos que puede vivir una gestión, ya sean tiempos de bonaza o tiempos más duros. Esto lo hizo el espacio, no sólo el socialismo, sino todo el Frente Progresista y eso es lo que queremos hacer en el país.

-¿Qué tiene para aportar el socialismo en el siglo XXI a nivel mundial, teniendo en cuentas las distintas experiencias?

-Realmente creo que está todo en revisión. Siempre integramos la Internacional Socialista, lo que nos permitió incorporar en nuestra agenda cotidiana temas que en la Argentina ni se hablaban. Como organización política, eso nos hizo ser la vanguardia. Sin embargo, nos interesa hoy mucho más mirar a nuestros hermanos latinoamericanos y hacer alianzas estratégicas a largo plazo con ellos. Las situaciones de Latinoamérica y de Europa son diferentes. Tenemos intereses diferentes. Si logramos una propuesta estratégica y consolidada como latinoamericanos, nos sentaremos con los europeos. Pero hoy tenemos que fortalecer ese espacio, hacernos fuertes en un momento donde podemos hacer transformaciones que nos hacen fuertes. En otros momentos la brecha tecnológica o de conocimientos nos hacia pedazos. Hoy hay otras cosas que son valoradas. No debemos desaprovechar este momento. No sabemos qué pasará en 50 años.

-¿Qué quiere decir para ustedes “socialismo”?

-El valor cardinal del socialismo es la igualdad, la justicia, no sólo económica. El socialismo es igualdad de oportunidades y de trato para todos y todas. Eso es lo que nos diferencia. Esa es la gran guía. Además, el socialismo tiene una historia de honestidad y transparencia.

-¿Va a impulsar el derecho a la interrupción del embarazo? ¿Cree que es posible avanzar en ese sentido?

-La discriminación por las diferentes orientaciones sexuales se sufre en todas las clases sociales, sobre todo en la clase media. Pero el aborto no es un problema para la clase media. Se resuelve. Hay mucho acceso a anticonceptivos y acceso a información. Y sino pagando, las mujeres de clase se hacen un aborto seguro. En los sectores pobres, la cuestión del aborto es una cuestión de vida o muerte. Eso hace una diferencia al debate Ojala podamos poner en agenda y modificar la ley para favorecer a ese único grupo que se muere: las mujeres jóvenes y pobres. La otra cuestión es que de la experiencia de la discusión del matrimonio igualitario, aprendimos todos. La derecha también. No creo que se equivoquen de vuelta. Están mejor preparados. Hay que insistir en la agenda pública, dar el debate y convencer a algunos legisladores que todavía piensan que por su posición hay gente que los va a dejar de votar. La gente no vota a quien no tiene compromiso. Son tiempos en los que la ciudadanía no vota a quien no dice lo que piensa. Hay mucho espacio para que los representantes se comprometan. Va a ser muy difícil pero tenemos que seguir dando al debate. Difícilmente se debata en año electoral. Hace 10 años que no podemos bajar ni una décima la mortalidad maternal. Es alentador que al menos se pueda debatir. Hay más mujeres en la política. La representación simbólica es fundamental. Es muy importante que una nena en el colegio diga que quiera ser presidenta. Pero lo que necesitamos son representaciones sustantivas, que las mujeres que nos representen lleven adelante la agenda de las mujeres. En ese sentido, no tenemos experiencias exitosas. Tendrán que venir nuevas mujeres.