China: nuevo “centro cíclico de demanda” y crecimiento dirigido por el Estado

China: nuevo “centro cíclico de demanda” y crecimiento dirigido por el Estado

La idea instalada sugiere que el crecimiento chino se debe al volumen de sus exportaciones; sin embargo, el mismo depende fundamentalmente de la demanda doméstica basada principalmente en una fuerte inversión en urbanización e infraestructura como políticas de Estado. A continuación, algunos datos que sustentan estos argumentos.

| Por Alejandro Fiorito |

La irrupción de la economía china a comienzos de este siglo provocó cambios en la estructura de precios relativos internacional por medio de una baja sustancial de los costos de producción de bienes manufacturados. En base a salarios reales bajos, dichos cambios de precios relativos beneficiaron en gran medida a América latina, que obtuvo un mayor espacio fiscal debido al enorme ingreso de divisas, permitiendo efectuar políticas de mayor demanda doméstica y de crecimiento y evidenciando un desacople parcial de la crisis internacional.

Al respecto, dos creencias arraigadas sobre China se encuentran muy difundidas, pero sin embargo no cuentan con solidez empírica: la primera se basa en que China crece sostenidamente por exportaciones y/o inversiones autónomas industriales vinculadas al comercio. Un segundo supuesto es que la enorme demanda derivada del crecimiento chino explica el alza de los precios mundiales de commodities, o con motivos especulativos dudosos en alimentos en medio de la crisis internacional y no a los mayores costos y el relativo retraso de la oferta (costos de oportunidad).

En la primera parte de este trabajo se abordará el repaso breve de los inicios en la literatura estructuralista latinoamericana con las tempranas formulaciones de los problemas de comercio y restricción externa en la periferia de Raúl Prebisch y Hans Wolfgang Singer, junto con la necesidad de “nuevos centros cíclicos de demanda” y de Arthur Lewis, quien anticipó cabalmente cuáles serían las condiciones para el surgimiento de tal centro dentro de los países periféricos, y que hoy encarna la República Popular China. En la segunda parte se analizará la primera creencia, criticando la visión convencional del “crecimiento hacia afuera” o de plataforma de exportaciones asignado sin demasiado análisis a China.

Anticipación en la literatura económica del “efecto China” como nuevo centro de demanda

Como es sabido de la literatura económica, Prebisch y Singer mostraron que existía un efecto negativo de la inelasticidad-ingreso de la demanda de materias primas sobre los términos de intercambio de los países en vías de desarrollo (y con los salarios reales y la productividad). Prebisch se refería a la necesidad de centros cíclicos de demanda para que la periferia pudiese generar procesos de desarrollo que no se interrumpiesen por desequilibrios de las balanzas de pagos. De este modo, Fabián Amico, Alejandro Fiorito y Agustina Zelada expresan en el documento de trabajo Nº 45 “Expansión económica y sector externo en la Argentina de los años 2000: balance y desafíos hacia el futuro”, de julio de 2012, lo siguiente:

“Así, por un lado las importaciones serán inducidas por el nivel de la demanda agregada, mientras que, por otro, las exportaciones son función del nivel de actividad mundial, lo que las hace autónomas respecto del nivel de actividad doméstica. En el largo plazo (suponiendo la irrelevancia de los flujos de capital), las importaciones se deben pagar con divisas obtenidas por las exportaciones. De este modo, una especialización primaria (como la que surge de adoptar el punto de vista de las llamadas ‘ventajas comparativas’) implicaría, para Prebisch, una especialización en la exportación de bienes agrícolas (de baja elasticidad-renta), y un patrón de importaciones basado en bienes industriales (de alta elasticidad-renta). Como resultado, la forzosa necesidad del equilibrio externo haría inevitable que estos países crecieran en el largo plazo a tasas menores que los países industrializados”.

En efecto, el fenómeno que describía Prebisch puede ser bien explicado por la “ley de Engel”, la que permite deducir que ante el crecimiento del ingreso de una población, la proporción en el ingreso de la demanda de alimentos (y bienes dinámicamente inferiores) es decreciente. Por lo que por propia lógica, la demanda por materias primas y alimentos iba a descender respecto de la demanda de las manufacturas europeas, afectando los términos de intercambio (TI) y de allí el agravamiento periférico de la restricción externa. Cabe aclarar que esta tendencia del efecto negativo se muestra en forma no continua, sino a saltos en el siglo XX, imponiendo límites al crecimiento.

El resultado del proceso en el centro –luego profundizado por Singer con el análisis de la diferenciación de productos industriales– es el de un progreso técnico continuo, diversificación productiva, similar productividad intersectorial acompañado de una simetría en el mercado laboral (salarios que se apropian de las mejoras), mientras que en la periferia se da en oposición una especialización primaria, diversidad de la productividad intersectorial, y un mercado laboral asimétrico.

La excepción a estos autores pero que también se encontraba en línea con otros autores clásicos y estructuralistas fue Lewis, quien anticipa teóricamente el cambio sorpresivo de los TI que se produce con China a comienzos de siglo. En efecto, Lewis establece que una rápida absorción de las reservas laborales en China, en una vasta urbanización que haga declinar los precios de los bienes de producción industriales, cambiará los TI mundiales.

Lewis se diferencia de Prebisch y Singer al no considerar al tipo de exportaciones (industriales vs. primarias) como explicativas del comercio entre el centro y la periferia, sino la comparación de los salarios reales y baja productividad en la producción agrícola (“ineficiencia de la producción tropical de alimentos por persona”) que implican precios bajos.

“Si un suficiente número de LDCs alcanza un crecimiento autosustentable, entramos a un nuevo mundo. Esto significará que en vez que el comercio determine la tasa de crecimiento de la producción de los LDCs, será el crecimiento de la producción en los LDCs lo que determinará el comercio, y las fuerzas domésticas determinarán la tasa de crecimiento de la producción”.

Este cambio aun puede ser mayor si los países están:

“…especialmente vinculados entre sí por comercio preferencial y tratados de moneda de pago, uno podría hablar de la creación de un nuevo centro constituido por antiguos países periféricos que han construido juntos un nuevo motor de crecimiento”.

El proceso chino de alto crecimiento comienza antes del inicio del nuevo siglo (en 1978), pero el efecto de cambios de precios relativos internacionales (caída relativa de precios de manufacturas en términos de commodities primarios) recién se expresa luego del 2001 con el ingreso de China a la OMC. Por lo que China en el 2001 concreta los asertos de Lewis al establecer un nuevo centro cíclico de demanda dando un nuevo espacio de acceso a divisas desde la periferia.

Dicho mayor flujo de divisas dio nuevo espacio para el crecimiento doméstico en nuestra región, junto a un proceso de revalorización cambiaria, que elevando así los costos salariales en dólares de los bienes exportables, reforzó el cambio inicial de precios relativos por la baja de costos salariales chinos. Junto a la revalorización de los commodities se da en muchos países ricos en recursos el “nacionalismo de los recursos” expresado en la mayor importancia de los ingresos de las exportaciones de minerales, materias primas y energía.

De esto no se sigue que el “crecimiento autosustentable” de China que anticipa conceptualmente Lewis (revitalizando a la periferia) se deba a una “plataforma de exportaciones”, como fuente principal de demanda.

Causas del crecimiento chino y sus interpretaciones

Las explicaciones sobre el origen causal del crecimiento chino y sus efectos sobre la economía mundial suelen asociarse rápidamente con un gran protagonismo de sus exportaciones. En una primera versión que asigna una extraordinaria importancia a la demanda del exterior de China, Thomas Palley considera a China como un “proceso de crecimiento liderado por las exportaciones”.

Pero en realidad se verá aquí que las exportaciones constituyen generalmente el principal componente de demanda sólo en países muy pequeños (las plataformas de exportaciones de algunos países asiáticos), sin mercado interno importante, y no en países de mayor dimensión.

La extrapolación de estas realidades a países más grandes reviste el carácter de una versión del “crecimiento hacia afuera” muy difundidas no sólo en la ortodoxia, que sin embargo son erróneas para China, como para cualquier otro país con importante mercado interno. En realidad no existe tal diferencia de “crecimiento hacia dentro o fuera”, dado que siempre el crecimiento económico implica una ampliación del mercado doméstico por efecto de la demanda autónoma total.

Un examen macroeconómico chino nos muestra que la relación exportaciones sobre producto ha crecido mucho en los últimos 35 años (gráfico 1). Sin embargo en la línea inferior se indica que la ponderación dada a esta relación es excesiva, al no descontar el contenido importado de las exportaciones, por lo que estas últimas crecen mucho más rápido que el producto.

Gráfico 1
Fuente: CEIC, UBS estimates.

Un análisis más detallado de esta relación X/pib nos permite descartarla como variable precisa. Los problemas de conocer el contenido doméstico de las exportaciones en China pueden aclararse con un ejemplo simple. Se supone una empresa que en el momento A (cuadro 1) exporta en valor por 500 sin importar nada, obteniendo un valor agregado de 200. En un momento B, la empresa con igual plantel laboral exporta 5.000, e importa 4.500 en insumos, obteniendo un valor agregado de 250 con igual saldo comercial.

Cuadro 1

Se observa entonces que las exportaciones permiten que se contribuya al crecimiento del producto (3) implicando un crecimiento de 200 a 250 con igual saldo de 500.
+El VA sobre exportaciones netas (6) crece desde 40% a un 50%;
+El valor agregado per cápita (3/4) crece de 2 a 2.5;
+ Las exportaciones sobre el valor agregado crecen en un factor 8.
Pero sin embargo las exportaciones netas sobre total exportado (5) caen de 100% al 10%.

Las cuentas nacionales chinas y comparación regional

Sin embargo, y a diferencia de la versión vulgarizada de que las causas del crecimiento chino son sus exportaciones, diversos estudios muestran que en realidad el mismo depende fundamentalmente de la demanda doméstica china, principalmente basado en la fuerte inversión en urbanización y trazado de vías de transporte con origen en las políticas del Estado chino.

La relación X/pib resulta confusa en tanto que existen relaciones donde las exportaciones son superiores al producto, como Malasia en el 2006 o Hong Kong casi siempre. Esto no puede significar otra cosa que se debe diferenciar el contenido local del importado en las exportaciones para conocer su adecuado peso en el producto.

En efecto, Andoni Zhu y David Kotz muestran que dicha primera interpretación de un componente exportaciones X muy importante merece un tratamiento contable adecuado a teoría económica. La medida apropiada para estimar la demanda del exterior implicada en el crecimiento del producto son los componentes de la demanda netos de los valores de los insumos importados que entran directa o indirectamente en los bienes y servicios exportados:

Y = Cd + Id + Gd + Xd

Donde C es el consumo, I las inversiones privadas, G el gasto público y X las importaciones acompañadas por el subíndice de la porción de componente doméstica de cada uno representa el “valor agregado destinado a la exportación” donde puede compararse Xd/Y como se muestra en gráfico 1, en vez de la expresión X/PIB, aunque claro está este tipo de dato no siempre es calculado por los países dentro de una matriz de I-O.

Los componentes de la demanda (gráfico 2) muestran que las exportaciones netas son bastante menos importantes antes de los 2000 y posteriormente a la crisis internacional en 2009.

Gráfico 2. Componentes de Demanda de la R.P. China
Fuente: Statistical Yearbook for Asia and the Pacific 2011.

Gráfico 3. Porcentajes promedio de demanda
Fuente: Statistical Yearbook for Asia and the Pacific 2011.

Un comportamiento específico importante para dar cuenta de la importancia relativa de las exportaciones en el producto es la independencia de las variaciones del PIB chino frente a una mayor volatilidad de las exportaciones. Es sabido que para países como Estados Unidos las variaciones de las exportaciones no se correlacionan con las del producto. Al revés, en países asiáticos más chicos, como ya se dijo, son mayores que el producto. Si se observan los gráficos 4 y 5, se pueden apreciar las diferencias entre estos tipos de países.

Gráfico 4

Gráfico 5

En el gráfico 4, a la izquierda se observa la variación del comercio y la variación del producto de países asiáticos para los que las exportaciones son muy importantes (similar volatilidad). A la derecha se observa el caso de Estados Unidos, y como puede apreciarse las dos líneas difieren en su comportamiento (distinta volatilidad).

Fácilmente se deduce que el comercio exterior como componente de la demanda global es en China similar a países como Estados Unidos, con menor ponderación neta en el crecimiento del producto (gráfico 5).

Una segunda interpretación del crecimiento chino está basada en el crecimiento autónomo de la inversión doméstica, y en particular inversión estatal en bienes intensivos en capital desde los ’90. Según esta interpretación, la inversión (considerada autónoma) habría desplazado al consumo.

De estas dos interpretaciones se llega en parte a similares resultados respecto del aumento de la inversión como principal variable de crecimiento, aunque por distintas razones: para la primera, la expansión de exportaciones permitió un acceso a un importante flujo de IED norteamericano que aumentó la capacidad inversora y el contenido tecnológico doméstico en ellas. Para la segunda fue debido al esfuerzo realizado por el Estado y sus empresas en las inversiones intensivas en capital.

Pero debido al proceso de rápida urbanización, se muestra problemático empíricamente evitar una sobreestimación de estas inversiones debido al precio al alza de los inmuebles y las tierras, por lo que ciertas cifras de inversión dan lugar a dudas sobre su ponderación en el total. De hecho, Pingyao Lai estimó en 2008 que la inversión en infraestructura e inmuebles abarca más del 50% del total mientras que la industrial es alrededor del 30 por ciento.

Una interpretación alternativa a las dos primeras es que existe en realidad en China un patrón de inversión inducido por una política de Estado y no autónomo de inversión en industria pesada, donde el principal causante de dicha inducción es un vertiginoso proceso de urbanización que explica la gran importación de energía y metales fundamentalmente (162.000 kilómetros de rutas, gran ciudad con gran aeropuerto, 15.000 proyectos de autopistas, etc.).

Dicha actividad autónoma indujo la inversión de la industria pesada (hierro, acero, cemento, aluminio, química, etc.) en donde un proceso de sustitución de importaciones y diversificación de exportaciones explica más pertinentemente que las dos primeras interpretaciones los datos. Es entonces el mercado doméstico chino el que cobra importancia para el crecimiento de inversiones y exportaciones pero también con un enorme crecimiento del consumo de energía, si tenemos en cuenta que entre 1978 y 2000 China creció al 9% anual y el consumo de energía al 4%, para luego de 2001 saltar, el consumo de energía, al 13% anual. Actualmente China es el segundo gran consumidor de energía en el mundo.

Autorxs


Alejandro Fiorito:

Economista y docente de UNLU.