Ante la cuestión de Malvinas: autonomía geopolítica y solución pacífica

Ante la cuestión de Malvinas: autonomía geopolítica y solución pacífica

| Por Cátedra Abierta Plan Fénix |

El análisis de la ocupación de las Islas Malvinas por el Reino Unido exige un replanteo, en función de cinco factores que han modificado la naturaleza y los equilibrios del sistema internacional:

1) El ocaso de un período muy breve de posguerra fría, donde el orden internacional se convirtió en un orden liberal hegemonizado por los Estados Unidos. Ese momento fundado en la unipolaridad, bajo las promesas de equidad, convergencia y libre comercio, se ha diluido, casi al mismo tiempo que el Reino Unido, a través del Brexit, abandonaba la Unión Europea.

2) La crisis del capitalismo occidental generada en Wall Street en 2007-2008 produjo, como respuesta, una ola de proteccionismo y pérdida de confianza en la globalización y la idea de que el mercado, librado a sus propias leyes, podía asegurar la prosperidad, el equilibrio y la paz internacional.

3) La emergencia económica, comercial, tecnológica y militar de la República Popular China, que extendió su influencia comercial y de inversiones en diferentes continentes, y su liderazgo en la integración del área Asia-Pacífico, constituyéndose en el principal desafío a la hegemonía estadounidense.

4) La pandemia Covid-19 y la guerra ruso-ucraniana, que vinieron a confirmar la prevalencia de los Estados nacionales y el regreso de la geopolítica como fórmula de las grandes potencias, para consolidar y expandir sus áreas de influencia y su lucha por la apropiación y explotación de los recursos naturales de los países de menor desarrollo relativo.

5) La renovada expansión de la OTAN, hacia el este de Europa, Asia y África, tendiendo a transformar un pacto defensivo entre EE.UU. y el Reino Unido, que luego se extendió hasta el Muro de Berlín, en una fuerza militar de intervención indiscriminada (Afganistán, Irak, etc.) al servicio de los intereses geopolíticos de Estados Unidos.

En consecuencia, la cuestión de las Islas Malvinas e islas del Atlántico Sur ya no se limita a una histórica reivindicación territorial y a un episodio bélico. Sus contenidos atraviesan tópicos de mayor amplitud, referidos tanto al escenario internacional como a nuestra historia y a nuestro porvenir.

La reivindicación argentina es justa. La Nación Argentina existía al momento de la usurpación. Su territorio devenía del desprendimiento de una anterior unidad colonial, que ya integraba un Estado soberano; prueba de ello es que la usurpación de las Malvinas demandó el uso de la fuerza, y la expulsión de habitantes previamente asentados.

La guerra de 1982 –insensata como toda guerra– no borra estos hechos ni aliena este derecho, más allá de que representó un retroceso que aún hoy día cuesta y duele, en términos del reclamo, y también por la muerte y el trauma de quienes tuvieron que protagonizar los combates.

La cuestión de las islas del Atlántico Sur va más allá de la reivindicación y de la guerra, y se relaciona con una pluralidad de temas.

En primer lugar, es un componente central de la proyección territorial argentina hacia el continente antártico, proyección justificada por la proximidad y validada por la temprana ubicación de bases argentinas, reafirmando así la vocación bicontinental de nuestro país.

Esta territorialidad se traduce asimismo en el interés por la racional explotación productiva del Mar Argentino, sus islas y el Sector Antártico. Esencialmente, el aprovechamiento de los recursos energéticos, minerales y pesqueros, sometidos actualmente a la explotación indiscriminada de la potencia ocupante y de otros países. La identificación de un patrón viable de crecimiento sostenible y equitativo pone en agenda este tema; el racional aprovechamiento de recursos naturales cuantiosos, estratégicos y a la vez agotables, integra las bases de dicho patrón.

Por último, pero tanto o más importante que lo anterior, debemos detenernos en el retorno de la geopolítica. La presencia en el Atlántico Sur de una fortaleza militar de un país extracontinental como el Reino Unido –que incluye armamento nuclear– no es aceptable. América latina ha sido declarada zona de paz y libre de hipótesis de conflicto. Su vocación ha sido mayoritariamente la solución pacífica de los diferendos. Es, así, un área donde los conflictos bélicos han sido mucho más la excepción que la regla, en un siglo que ha vivido y visto lo contrario en otras latitudes. La presencia de efectivos militares en un número comparable al de la población civil isleña no encuentra fundamento alguno en las actuales condiciones de paz que imperan en el Atlántico Sur.

La reivindicación de la Argentina sobre las islas del Atlántico Sur muestra múltiples facetas, y así debe ser entendida y tratada. Hablamos de cambios en el sistema internacional y razones históricas, pero también del futuro y destino de la Argentina y la región sudamericana.

Es entonces una auténtica cuestión de Estado, que debe ser encarada desde una perspectiva coherente, al margen de vaivenes políticos. El principio será: no subordinarla a movimientos geopolíticos que pretendan apartar a la Argentina de los principios de no intervención y solución pacífica de conflictos.

De esta forma, la cuestión de las Malvinas e Islas del Atlántico Sur y el Sector Antártico será un capítulo que se integrará armoniosamente en la historia de nuestra mejor tradición diplomática.

Autorxs


Cátedra Abierta Plan Fénix:

Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires.