| Por Máximo Badaró | Desde el retorno de la democracia y con el fracaso de la última insurrección en 1990, esta fuerza perdió la preeminencia política que la había caracterizado desde los años ’30. Minada por las sucesivas crisis económicas y los recortes presupuestarios, experimentó transformaciones internas que, sin embargo, no supusieron un proyecto integral de reforma.