| Por Alejandro Rofman | A pesar de las políticas orientas hacia las economías regionales encaradas desde 1983 a esta parte, todavía subsiste una importante brecha entre las estructuras socioeconómicas de la periferia con respecto a sus similares en las áreas de mayor desarrollo relativo del país. Una remoción de estas relaciones desiguales de poder es condición necesaria para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural. He aquí una de las mayores deudas de nuestra democracia.