Etiqueta: Primera infancia

| Por Claudia Loyola | Desde el discurso oficial se cuestionan la politicidad, las tensiones y el pensamiento crítico inherentes a la conducción pedagógica. Frente a esto, el desafío es plantear una gestión abierta a lo heterogéneo y a lo divergente, que desnaturalice ciertas prácticas para proponer a la educación como una tarea social compartida y un proyecto colectivo.

| Por Cecilia Balbi | En su entrada al espacio educativo, en su encuentro con el Otro Institucional, un niño pequeño encuentra la posibilidad de nuevos lugares de referencia y una puerta hacia la variedad de la cultura que el mundo puede ofrecer. Es también una oportunidad para que surja lo inesperado, la forma particular en la que cada niño se apropia de ese legado cultural.

| Por Sandra Nicastro | Las organizaciones educativas del nivel inicial se encuentran atravesadas por enunciados universales y de carácter histórico sobre la educación y la infancia, que allí se traducen en prácticas concretas. Desde esta perspectiva, es posible reflexionar acerca de rasgos como el tiempo institucional, la relación con las familias, la posición del docente y las relaciones de confianza.

| Por Patricia Redondo | La presencia insuficiente del Estado contribuye a la cristalización de circuitos educativos excluyentes para la primera infancia. El reciente anuncio del gobierno respecto de la obligatoriedad de tres años esconde una realidad distinta, en la que la obligatoriedad de cuatro –sancionada en 2015– aún está lejos de cumplirse, y en la que las medidas económicas regresivas dificultan todavía más el acceso de los sectores populares a la educación temprana.

| Por Nancy Mateos | La oportunidad de desarrollo y educación de los chicos es indisociable de sus condiciones de vida y las de los adultos que están a su cargo. Desde las políticas públicas es posible impulsar el potencial socioeducativo de las comunidades y reforzar el poder cultural de los sectores tradicionalmente excluidos, generando así un mejor entorno pedagógico.

| Por Rosana Ponce | Desde sus comienzos, nuestras instituciones para la primera infancia responden a una lógica que escinde entre “niños” a ser educados y “menores” a ser asistidos. En los últimos años hubo avances cuantitativos y cualitativos –por caso, la ley 26.206 de 2006–, pero se requiere un mayor desarrollo de políticas educativas para revertir la larga historia de desigualdad en el acceso a este nivel.