| Por Osvaldo Saidón | La promulgación de la ley de salud mental y derechos humanos ha reabierto un debate sobre las concepciones de lo normal y lo patológico, la utilización exagerada de psicofármacos y la necesidad de internación. La sistemática patologización de los sectores vulnerables de la sociedad tiene como fin el ejercicio del control permanente. Es hora de terminar de una vez con esta concepción que liga la locura a la pérdida de derechos ciudadanos.