| Por Khatchik DerGhougassian | Durante los años de la Guerra Fría se hizo fuerte la teoría de que la posesión de armas nucleares impondría un comportamiento racional de los actores, evitándose así cualquier enfrentamiento directo. En las décadas siguientes las características de los conflictos armados cambiaron significativamente. La unipolaridad existente hoy en día globaliza el conflicto y presagia más atrocidades, más víctimas, más “daños colaterales”, más refugiados… ¿Es posible frenar este proceso?