
| Por Esteban Magnani | El desarrollo de la ciencia y la tecnología en nuestro país desde el retorno de la democracia oscila entre dos modelos, uno soberano y que busca un desarrollo propio, y otro que busca insertarse en la economía global de forma subalterna aprovechando las ventajas comparativas de algunos de sus recursos naturales. Alcanzar el horizonte del primero de ellos requiere una educación sostenida y amplia que explote el potencial humano, para poder dar respuestas concretas a problemáticas locales mejorando la calidad de vida del país. Esa sigue siendo una deuda pendiente.