| Por Horacio González | La política del actual gobierno se caracteriza por una sucesión de expropiaciones en el terreno de la producción simbólica: entre ellas, la anulación de la ley de medios audiovisuales, los embates contra las escuelas y sus docentes, y el urbanismo represivo que distingue a las iniciativas sobre la ciudad. La creación y el consumo de productos culturales quedan así subsumidos a criterios mercantilistas y de dominación social.