| Por Máximo Sozzo | En nuestro país existe un número no determinado de ciudadanos privados de su libertad como medida de seguridad curativa. Son personas declaradas irresponsables penalmente, pero de todos modos se los considera locos y delincuentes al mismo tiempo. Otra cuenta pendiente de nuestra democracia es mejorar drásticamente las condiciones de vida de quienes se encuentran en esta situación.