| Por Ángela E. Ledesma | A más de 32 años de recuperación de la democracia no se han logrado grandes cambios en las reglas de administración de justicia. La estructura piramidal, burocrática y anacrónica, sigue tan vigente como la lentitud de los tribunales para resolver las causas que se presentan. Cuando cada vez son más notorias las diferencias resultantes de la selectividad penal y los medios de comunicación dictan condenas sin juicios, un cambio integral del sistema se vuelve ineludible.