Respuestas sindicales recientes frente al cambio tecnológico y la tercerización laboral

Respuestas sindicales recientes frente al cambio tecnológico y la tercerización laboral

Este artículo presenta muy sintéticamente algunos de los resultados de una investigación sobre líneas recientes de acción sindical en respuesta a procesos de cambio tecnológico y tercerización laboral en seis actividades económicas en la Argentina: la industria siderúrgica, la automotriz, la agroindustria azucarera, la actividad petrolera, la actividad bancaria y la telefónica.

| Por Victoria Basualdo |

En un contexto de intenso debate tanto en ámbitos académicos y científicos como en la esfera pública más amplia sobre fenómenos vinculados al cambio tecnológico y sus impactos sociales y económicos, resulta llamativa la escasa atención prestada a las posiciones de los/as trabajadores/as y sus organizaciones sobre el tema. Igualmente impactante es que las transformaciones tecnológicas son en general analizadas sin considerar otros fenómenos de gran importancia para la transformación de las relaciones laborales recientes, como la tercerización laboral. Este artículo tiene por objetivo sintetizar algunas de las conclusiones de un trabajo de investigación llevado adelante por un equipo coordinado desde el Área de Economía y Tecnología de FLACSO y que contó con apoyo de la Fundación Friedrich Ebert (Basualdo, Letcher, Nassif, Barrera, Bosch, Copani, Peláez y Rojas, 2019) que intentó realizar un primer aporte tanto en el análisis de respuestas y posiciones sindicales como de una mirada más amplia del fenómeno en relación con la tercerización laboral. El estudio se propuso analizar algunas de las respuestas que encontraron las organizaciones sindicales de seis actividades de gran importancia económica frente a procesos de cambio tecnológico y tercerización laboral en la Argentina en la etapa posterior a la crisis económica, institucional, política y social de 2001-2002.

El debate sobre cambio tecnológico a nivel nacional e internacional es complejo, y la definición del fenómeno no es unívoca. En general se acepta que el cambio tecnológico es un proceso no lineal, evolucionista e intensivo en recursos que se encuentra impulsado no solo por fuerzas económicas, sino también por fuerzas políticas y sociales. No es un proceso homogéneo y generalmente implica diferentes formas de cambio e innovación que pueden afectar la cantidad y el carácter de las tareas laborales en formas muy diversas (Nübler, 2016). El cambio tecnológico se refleja entonces en la generación de nuevo conocimiento, la implementación de nuevas formas de producción, y en la modificación de los productos obtenidos en el proceso de trabajo, así como en técnicas de producción nuevas, cambios en la organización en el lugar de trabajo, y modificaciones en términos de la difusión de estos cambios en la economía en su conjunto.

Al mismo tiempo, los análisis sobre tercerización laboral muestran que se trata de una problemática de enorme relevancia en distintas actividades económicas, a pesar de su escaso reconocimiento. Existe acuerdo en que esta implica centralmente una modificación de la relación dual entre empleadores de una empresa principal, claramente identificada, y un colectivo laboral relativamente homogéneo y organizado en torno a un sindicato por rama de actividad, que había sido predominante en la segunda posguerra, en un contexto fuertemente marcado por la Guerra Fría (Basualdo y Morales, 2014; Basualdo, Esponda, Gianibelli, Morales, 2015; Etchemendy, 2018). La expansión de la tercerización laboral (en sus diversas formas y modalidades que resulta imposible distinguir aquí) desde los años ’70, con un crecimiento exponencial en los años ’90 y una consolidación en la etapa posterior al cambio de siglo, introdujo un tercero, a quien se le delegó parte de las tareas antes a cargo de la empresa principal, modificando fuertemente esta relación previa entre empleadores y colectivos laborales, y promoviendo una división de los trabajadores/as en sectores con salarios, derechos y posibilidades diferenciales.

El estudio se centró en seis actividades económicas relevantes: la industria siderúrgica, la automotriz, la agroindustria azucarera, la actividad petrolera y dos actividades de servicios: telefonía y actividad bancaria (que incluye parcialmente empleo del sector público). Los análisis en profundidad de los casos muestran que el cambio tecnológico constituye un fenómeno central en todas las actividades económicas analizadas, y que por lo tanto no resulta adecuado pensarlo como un tema del “trabajo del futuro” sino con una clara presencia y estrecha vinculación con el trabajo del tiempo actual, que debe ser analizado además en un contexto de fuertes intentos de reforma laboral regresiva a partir de un conjunto de políticas públicas laborales y económicas. Pone de manifiesto también la urgencia de un estudio en mayor profundidad que permita definir mejor los límites y contornos de esta problemática, analizándolo en vinculación con otros fenómenos como la tercerización laboral.

La negociación colectiva aparece en este relevamiento como un ámbito clave, en tanto en ella se plasma de distintas formas una disputa y confrontación entre los objetivos y propósitos de la parte empresarial por un lado, y de las organizaciones sindicales por otro (las cuales además presentan diferencias y particularidades significativas, y están atravesadas por conflictos internos), que defienden sus posiciones en torno a las condiciones de trabajo, salariales y otras dimensiones como el cambio tecnológico y la tercerización laboral. En el período abordado (2003-2017/8) pueden distinguirse dos etapas sustancialmente distintas: una primera, comprendida entre 2003 y 2015, de auge y crecimiento de la negociación colectiva, aun con sus tensiones y contradicciones, en un contexto de crecimiento del sector industrial y de la economía en su conjunto, así como de redistribución progresiva del ingreso, y otra desde 2016, de creciente estancamiento, caída récord de la producción industrial, alza inflacionaria e intervención estatal regresiva, además de un retroceso significativo de los derechos laborales en diversos campos, lo cual llegó incluso a plasmarse en 2018 en la eliminación del Ministerio de Trabajo y su reemplazo por una secretaría. En esta última etapa se registra una fuerte atención puesta en este ámbito por parte del Estado y las empresas, ya que los cambios posibles incluidos por el poder empresarial en las cláusulas negociales podrían complementar una posible reforma de las relaciones laborales, o intentar cumplir esa función.

El análisis muestra la complejidad del ámbito de la negociación colectiva, caracterizado por un conjunto amplio y diverso de instrumentos y por distintos niveles y actores en la negociación, todo lo cual presenta un desafío considerable de relevamiento e interpretación. En dos de las actividades, siderúrgicos y bancarios, rigen convenios colectivos firmados en 1975, la última ronda de negociación antes del punto de inflexión que significó el golpe militar del 24 de marzo de 1976. Esto es una demostración cabal de que, aun cuatro décadas más tarde, sindicatos poderosos de actividades clave parecen considerar preferible conservar una estructura de base lograda en un contexto de elevado poder de negociación sindical y modificarla parcialmente a partir de acuerdos antes que abrir el proceso de firma de un nuevo acuerdo, en el que se podrían poner en juego derechos conquistados. En la mayoría de estos seis casos se registra una preservación de la negociación colectiva por rama, aun con especificidades y particularidades significativas, y con instancias de negociación complementarias, mientras que en algunos casos clave como la industria automotriz se destacan las negociaciones únicamente por empresa, aunque llevadas adelante por sujetos sindicales industriales de base nacional como el SMATA y la UOM. En todos los casos la negociación salarial aparece como un núcleo clave de la negociación colectiva, pero se registra asimismo la incorporación dispar y fragmentaria de otras cuestiones significativas.

Los estudios desarrollados permiten identificar actividades industriales como la siderúrgica, en la que no se registran menciones específicas al cambio tecnológico ni a la tercerización laboral en la negociación colectiva sectorial ni en la mesa específica del sector siderúrgico, quedando reservada la discusión de estos temas a los acuerdos complementarios a nivel de planta, los cuales no se encuentran disponibles en los buscadores de negociación colectiva. En otras actividades como la industria automotriz, la negociación colectiva por empresa dificulta en forma significativa una mirada de conjunto, pero el abordaje de algunas empresas específicas como casos de estudio permitió relevar cuestiones de cambio organizacional, particularmente la implementación de la polivalencia funcional (cuya vinculación con el cambio tecnológico debería ser mejor precisada y explorada hacia adelante, pero que resultó importante relevar en esta primera etapa) en forma muy extendida en los convenios de los años ’90 y su persistencia en la etapa de la posconvertibilidad, registrando como eje central vinculado al cambio tecnológico la preocupación por la capacitación y actualización de la formación de los trabajadores/as.

En la actividad petrolera, atravesada hace décadas por procesos de intenso y profundo cambio tecnológico y en la que la tercerización laboral tiene un peso muy significativo hace décadas de la mano de la llamada “privatización periférica”, se verifican cambios muy relevantes en términos de las cláusulas de negociación colectiva. La “adenda” firmada en 2017 a los convenios colectivos de trabajo de petroleros y jerárquicos suscriptos en 2011 y 2012, específicamente para la explotación del no convencional en la Cuenca Neuquina, es un ejemplo claro de consagración de pérdida de derechos laborales centrales en un contexto de cambio tecnológico. En este caso se vuelve particularmente evidente la potencialidad e importancia que reviste el ámbito de la negociación colectiva, no solo para las organizaciones sindicales, en caso de que pudieran establecer límites y condicionamientos a los posibles impactos negativos sobre el empleo, sino también para los sectores empresariales, que intentan encontrar aquí instrumentos de modificación radical de parámetros de las relaciones laborales por fuera de las normativas nacionales.

En la agroindustria azucarera se observa una presencia menor de la cuestión de cambio tecnológico, aun cuando los relevamientos sectoriales identifican que este proceso fue clave en el desarrollo del sector de las últimas décadas. En cambio, la problemática de la tercerización, en particular la cuestión de la provisión de mano de obra temporal a partir de empresas de servicios eventuales, aparece en forma reiterada en la negociación colectiva, y se registran numerosas cláusulas con el objetivo de limitar este fenómeno a tareas que no puedan ser realizadas por personal permanente de los establecimientos.

La relevancia del tema del cambio tecnológico en los servicios es realmente notable, aunque su presencia en el ámbito de la negociación colectiva resulta claramente contrastante en bancarios y en telecomunicaciones. Mientras que en la actividad bancaria se registra una escasa o casi nula presencia de las cuestiones tanto de cambio tecnológico como de tercerización laboral en las cláusulas de la negociación colectiva, en la actividad de telecomunicaciones se registra una presencia sostenida de esta problemática en convenios y acuerdos desde los años ’90 en adelante. En particular, desde el 2003 en adelante se registran cláusulas y previsiones atando la implementación de cambio tecnológico a la preservación de puestos de trabajo, y se desarrolla una gran cantidad de previsiones relacionadas con la capacitación y su vinculación con el cambio tecnológico.

Esta breve revisión preliminar de la presencia de estos temas en la negociación colectiva permite registrar algunas de las preocupaciones. Por parte de las organizaciones sindicales, la presencia de cláusulas estableciendo la necesidad de preservación de fuentes de trabajo en caso de cambio tecnológico y de garantía de capacitación y formación de los trabajadores muestra a las claras la preocupación por el posible impacto sobre el nivel de empleo de los cambios tecnológicos. Por parte de sectores empresariales, se verifican casos, siendo un ejemplo clave el de la actividad petrolera, en que la introducción de cambio tecnológico y la apertura de nuevas actividades se cita como causal para la introducción en la negociación colectiva de cláusulas que implican la pérdida de derechos laborales básicos. En este caso también se ve que el impacto posible del cambio tecnológico no es únicamente la pérdida directa de puestos de trabajo, sino que también puede plasmarse en una significativa pérdida de derechos, constituyéndose en otra vía para introducir “reformas laborales” regresivas. Sería en este caso interesante analizar entonces un arco más amplio de impactos, que permita tener en cuenta también la introducción de formas de organización productiva que demanden mayor intensidad, la realización de un número más elevado de tareas, o los cambios organizativos que afecten ritmos y formas de trabajo.

En todos los casos se concluyó que la dimensión de la negociación colectiva es un aspecto muy relevante de las relaciones laborales, pero que ella no resulta suficiente para dar cuenta de la complejidad de la relación entre empleadores y trabajadores/as y sus organizaciones, y por lo tanto se decidió ampliar la mirada para relevar otras dimensiones interesantes, como los ciclos de conflicto y movilización en torno a estos temas, los desarrollos institucionales por parte de los sindicatos, incluyendo el tema clave de capacitación y formación técnica, y el papel que podrían cumplir otros ámbitos de discusión de las relaciones laborales como los comités mixtos de seguridad e higiene.

En lo que se refiere a los procesos de conflictividad en torno a cambio tecnológico y/o tercerización laboral, en varias actividades se registraron procesos significativos. En bancarios, donde no se habían registrado cuestiones tan relevantes en términos de negociación colectiva, se relevaron conflictos muy pronunciados tanto por procesos de tercerización como por cuestiones vinculadas a la pérdida de puestos de trabajo por implementación de cambios tecnológicos, en un contexto de fuerte desregulación (o regulación favorable a la concentración) del sector financiero. En siderúrgicos, donde en el rastreo de cláusulas de la negociación colectiva también se detectaron procesos intensos de conflictividad sobre todo en lo referido a tercerización laboral en los grandes establecimientos fabriles del sector. Lo mismo sucedió en términos de telefónicos, donde se registraron procesos de organización y conflicto muy significativos en torno a procesos de tercerización laboral, con el objetivo de incluir a los trabajadores bajo el convenio de FOETRA, cuestión que se logró. Y también en el caso de la agroindustria azucarera fue posible detectar conflictos sobre todo en torno a tercerización laboral, casos en los que se lograron procesos significativos de des-tercerización. Los dos casos más reticentes en términos de conflicto fueron los de petroleros y automotrices, donde no se registraron procesos de conflictividad visibles y generales en torno a estos ejes. En el caso de petroleros sí existieron conflictos importantes y sostenidos en casos de despidos y por demandas salariales y de condiciones de trabajo, al tiempo que en el sindicato automotriz se verificó un intento de canalización del conflicto y su reemplazo por instancias de negociación, ya sea a nivel de paritarias o en demandas y exigencias en los lugares de trabajo.

En lo que se refiere a iniciativas e instancias novedosas de organización sindical, un tema distintivo que se relevó en el caso de la industria siderúrgica, y que podría resultar interesante como vía de organización para otras actividades económicas con presencia significativa de empresas transnacionales, es la constitución de instancias organizativas de los trabajadores/as a nivel de grupo económico, es decir con una dimensión internacional. Es un ejemplo interesante en este sentido la conformación reciente de redes sindicales por conglomerado de empresas siderúrgicas frente a los cambios desarrollados en las formas de trabajo y producción en la actividad. En ellas, la cuestión de la tercerización y subcontratación, además de las de salarios, políticas de salud y seguridad industrial, y de condiciones medioambientales, son ejes de preocupación y de trabajo. En particular las evidencias disponibles sobre la organización de trabajadores/as del grupo Tenaris, con plantas en la Argentina en las localidades de Campana y Valentín Alsina, parecen relevantes. La red de trabajadores se constituyó entre 2007 y 2009, con impulso del sindicato global (global union) Industriall, creado en 2012, producto de la fusión de las Federaciones Internacionales de Trabajadores Metalúrgicos, de la Industria Química y de la Industria Textil. La conformación de esta red, junto a la creciente asociación de sindicatos del grupo Ternium, y a la incipiente conformación de una red de sindicatos del grupo Arcelor Mittal, muestran que la organización a este nivel podría resultar clave para articular políticas sindicales frente a las políticas empresariales diseñadas a nivel de grupo económico.

El relevamiento arroja en general un escaso desarrollo de instancias institucionales en los propios sindicatos destinadas específicamente al estudio de estas problemáticas, al diagnóstico de su presencia en la actividad y al desarrollo de propuestas y posibles líneas de acción sindical en estos sentidos. Una excepción valorable en este aspecto es la experiencia relevada en el caso de los sindicatos de telecomunicaciones, en particular la creación por parte de FOETRA de una Secretaría de Nuevas Tecnologías, así como la conformación de un Instituto de Investigación y Desarrollo de las Telecomunicaciones, con el impulso de FOETRA Buenos Aires y de UPJET, junto con profesionales que se desempeñan en la Comisión Nacional de Comunicaciones y la Universidad Tecnológica Nacional. Estos son ejemplos de posibilidades abiertas tanto para la generación de espacios dentro de las organizaciones sindicales que produzcan datos para un diagnóstico y diseño de una estrategia sindical, así como para el apoyo e impulso de instituciones adicionales que fortalezcan la conexión y vinculación con sectores académicos y técnicos, con especialización tanto en cambio tecnológico como en tercerización laboral. Al mismo tiempo, llama la atención muy positivamente en muchos de los casos tanto del sector industrial (siderúrgicos y automotrices) como también en servicios (tanto en bancarios como en telecomunicaciones) el despliegue y esfuerzos en torno al desarrollo de tareas de capacitación en vinculación con la problemática del cambio tecnológico, cuyo impacto e incidencia sería muy interesante trabajar en profundidad.

Finalmente, otro ámbito clave para trabajar ambas problemáticas parece ser el de los Comités de Seguridad e Higiene. Estos comités fueron promovidos a nivel provincial mediante la ley 12.913 de Comités de Salud y Seguridad en el Trabajo en la provincia de Santa Fe y decreto 396/09, la ley 14.226 de creación de la Comisión Mixta de Salud y Seguridad en el Empleo Público en la provincia de Buenos Aires de 2011, y la ley 14.408 que crea los “Comités Mixtos de Salud, Higiene y Seguridad en el Empleo” en la provincia de Buenos Aires, así como el decreto 801/14 que aprueba su reglamentación.

En varias de las actividades, por ejemplo en la siderúrgica o automotriz, los comités aparecen como instancias muy relevantes y significativas para cuestiones relativas a condiciones de trabajo e impactos en la salud, conteniendo y atravesando temas de cambio tecnológico y de tercerización (y los diferenciales que esta introduce entre trabajadores de planta y tercerizados). Este es el caso también de telecomunicaciones y petróleo, actividades en las que estos comités son instancias que tienen décadas de existencia y mucha legitimación, y en las que se discuten cuestiones muy significativas de actividades fuertemente atravesadas por cambio tecnológico y tercerización laboral. En otras actividades, en cambio, como bancarios, se han desarrollado solo muy recientemente, en los últimos cinco años, y por lo tanto recién tienen un funcionamiento incipiente pero prometedor, al tiempo que en la agroindustria azucarera no existen en una gran mayoría de la actividad y recién se están comenzando a plantear como iniciativa en la presente etapa.

En síntesis, el tema de cambio tecnológico, en fuerte articulación con la tercerización laboral, aunque frecuentemente se plantea como un tema a profundizar en la agenda sindical a futuro, constituye en realidad un desafío actual y presente no solo para las nuevas actividades, como la economía de plataformas, sino también para las actividades tradicionales de la economía, con impactos no solo económicos y productivos, sino también en términos de empleo y derechos laborales. Como este estudio muestra, este tema no ha sido ajeno a los trabajadores/as y sus organizaciones, sino que pueden rastrearse respuestas sindicales en diversas direcciones. Lo mismo puede decirse de la cuestión de tercerización laboral, sobre la cual hay creciente atención y análisis, aunque todavía no logre adquirir la visibilidad que merece en los debates sobre las transformaciones y desafíos que implica para las relaciones laborales. Este trabajo intentó una primera aproximación para una recuperación de algunas de las líneas de acción sindical tendientes a la limitación de las posibles consecuencias regresivas de ambos fenómenos por parte de las organizaciones sindicales, identificando una gran cantidad de experiencias interesantes que merecen ser abordadas en mayor profundidad, como insumos para un análisis y un debate que apunte a defender cabalmente los derechos laborales en un proceso de fuertes transformaciones regresivas, y a generar nuevas agendas y proyectos de transformación progresiva.

Bibliografía

Victoria Basualdo (coord.), Hernán Letcher, Silvia Nassif, Mariano Barrera, Nayla Bosch, Andrea Copani, Pablo Peláez, Mauro Rojas, Cambio tecnológico, tercerización laboral e impactos sobre el empleo. Desafíos desde y para una narrativa argentina, Buenos Aires: Fundación Friedrich Ebert, Marzo 2019. Disponible en: https://www.fes-argentina.org/
Basualdo, Victoria y Morales, Diego (coords.) (2014), La tercerización laboral. Orígenes, impacto y claves para su análisis en América Latina. Editorial Siglo Veintiuno, Buenos Aires.
Basualdo, Victoria; Esponda, Alejandra; Morales, Diego y Gianibelli, Guillermo (2015). Tercerización y derechos laborales en la Argentina actual. Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes-Página 12. Buenos Aires.
Etchemendy, Sebastián coord. (2018), La tercerización laboral en la Argentina. Diagnóstico y estrategias sindicales, Editorial Biblos, Buenos Aires.
Nübler, I., 2016. “New technologies: a jobless future of golden age of job creation”, Working paper 13, Research Department, ILO, Geneva.

Autorxs


Victoria Basualdo:

Ph.D in History por la Universidad de Columbia (Nueva York), investigadora de la CIC de CONICET, del Área de Economía y Tecnología de FLACSO y del IICSAL.