Agendas temáticas y encuadres en tiempos de pandemia extendida

Agendas temáticas y encuadres en tiempos de pandemia extendida

En el artículo las autoras analizan los desplazamientos temáticos y los cambios de encuadres que La Nación, Clarín, Página 12 (en sus versiones digitales) e Infobae hicieron en sus coberturas durante tres momentos claves de la pandemia registrados entre 2020 y 2022.

| Por Carla Antonella Arcangeletti Yacante y Celeste Gómez Wagner |

Cuando la pandemia intentó cerrar la grieta

En 2020, el mundo entero vivió una disrupción inédita. La rápida y expansiva propagación del Covid-19 inauguró un período de incertidumbre que tuvo como uno de sus puntos iniciales la definición como pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo.

Frente al crecimiento de contagios de un virus de características desconocidas hasta ese momento, los gobiernos de distintas partes del mundo decidieron tomar medidas como el cierre de fronteras y el confinamiento de la población en sus hogares para reducir el impacto en el sistema sanitario. Rápidamente, el asunto capturó la atención de las agendas mediáticas y el consumo de información se incrementó de forma significativa. Según datos de un estudio realizado por el Observatorio de Medios de la Universidad Nacional de Cuyo, nueve de cada diez noticias que se publicaron en los principales medios digitales argentinos en las primeras cinco semanas del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) se refirieron al Covid-19. Esta tendencia puede explicarse, en parte, por la intervención de variables como: el interés de las audiencias en conocer acerca de un asunto de notable gravedad y que, además, en función del confinamiento quedaba por fuera de su experiencia directa; la incertidumbre del entorno y la necesidad de orientación respecto de qué hacer y cómo hacerlo.

En este sentido, la curva informativa sobre la pandemia aumentó, de acuerdo con el estudio mencionado, más que la enfermedad en sí misma, durante el primer mes del ASPO. En consonancia con esta investigación, la encuesta online “Cómo nos informamos durante la cuarentena”, realizada por el Instituto Gino Germani de la UBA en abril de 2020, indicó que el 56,6% de las personas le dedicó más tiempo que antes a buscar información.

Además del volumen de noticias, durante este primer período, desde los medios se construyó una supuesta unidad que parecía apuntar a “cerrar la grieta” en favor de la salud pública. La publicación de una misma portada con el titular “Al virus lo frenamos entre todos” por parte de los principales diarios del país marcó la pretensión de mostrar esta unidad. Sin embargo, no tardó en exhibir sus puntos de quiebre. En la medida en que la pandemia se extendió en el tiempo y perdió sus características de novedad e imprevisibilidad, la concentración temática cedió lugar a otros asuntos que volvieron a aparecer en los menús informativos en clave polarizada.

A partir de estas consideraciones, el artículo se propone analizar cuáles fueron los desplazamientos temáticos y los encuadres predominantes que La Nación, Clarín, Página 12 (en sus versiones digitales) e Infobae desplegaron en sus coberturas sobre la pandemia entre 2020 y 2022. Algunas de las preguntas que guían el recorrido son: ¿cuál fue la relevancia de la pandemia en las coberturas mediáticas?, ¿qué atributos se destacaron?, ¿cuáles fueron los encuadres que predominaron en las noticias?

Un abordaje para estudiar las noticias de la pandemia

Para responder las preguntas planteadas se seleccionaron 420 noticias en función de haberse publicado entre los primeros cinco lugares de las homes de los medios estudiados, tomando el criterio de recorrido de lectura (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo). El corpus fue proporcionado por el Observatorio de Medios y Comunicación de la Universidad Nacional de Cuyo. Se trabajó con una muestra a partir de una semana construida representativa de cada uno de los recortes temporales realizados: 1) abril de 2020, 2) octubre de 2020 y 3) enero de 2022. El primer período coincide con la irrupción de la pandemia. Tomando los registros oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, entre el 31 de marzo y el 30 de abril de 2020, la cantidad de casos contagiados se multiplicó de 1.054 a 4.428, lo cual marcó un pico de crecimiento de 320,11%. El segundo período registró el porcentaje más elevado de ocupación de camas en terapia intensiva (UTI) a nivel nacional desde el inicio de la pandemia (64,3%). Por último, en el tercer periodo se observó el mayor pico de contagios desde el comienzo de la pandemia, con un porcentaje de incremento de los casos positivos del 419,15%. Esto se correspondió con la propagación de la variante Ómicron.

La muestra se analizó a través del análisis de contenido cuantitativo. La construcción de las variables y el estudio de los datos obtenidos se enmarcaron en las perspectivas teóricas de la Agenda Setting y el Framing. La primera de ellas fue pionera en corroborar de manera empírica que los medios tienen la capacidad de incidir en la opinión pública, a través de los temas y/o personajes que incluyen, jerarquizan y destacan en sus coberturas, así como también mediante los atributos con los que caracterizan a los mismos. El Framing, por su parte, puede ser definido como un programa integral de investigación que permite abordar todas las instancias de la comunicación (la producción, los textos noticiosos, su recepción y la cultura). En este artículo se estudian específicamente los news frames, es decir, aquellos encuadres que quedaron plasmados en las coberturas; considerando, de todas formas, que estos interactúan con las conductas cognitivas y sociales que les dieron forma. Así, los medios son considerados actores sociales que coproducen el significado de los asuntos, construyendo distintas formas de comprender la realidad.

Los desplazamientos temáticos y los encuadres predominantes de la pandemia extendida

Tal como se señaló, diversos estudios han demostrado ya la relevancia inédita que tuvo la pandemia durante sus inicios en las coberturas mediáticas. Este trabajo confirma que, durante su irrupción, nueve de cada diez notas publicadas por los medios analizados se centraron en el Covid-19, por lo que se convirtió casi en un monotema. Esto puede explicarse, entre otras cosas, por la excepcionalidad del asunto, por la incertidumbre generada, por la necesidad de los públicos de obtener información en tiempo real y por la incapacidad de las personas de contrastar los hechos con su realidad intersubjetiva a causa del ASPO. De esta manera, otros temas tradicionales como la política y la economía prácticamente desaparecieron de las agendas.

Agendas temáticas. Clarín, La Nación, Infobae y Página 12
Fuente: Elaboración propia con datos del Observatorio de Medios UNCuyo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la pandemia fue perdiendo terreno en la composición temática de los menús informativos y emergió nuevamente la discusión política en general y los conflictos relacionados con la macroeconomía. Además, otros temas blandos como los deportes y los espectáculos comenzaron a recuperar sus lugares tradicionales en los medios. Tanto es así que, durante la primera ola y el pico de Ómicron, menos de dos notas de cada diez publicadas en las homes de los medios se refirieron a la pandemia.

Durante la irrupción, las coberturas destacaron los aspectos sanitarios del asunto, así como también las cuestiones referidas principalmente a los controles de tránsito y circulación. Las características políticas (asociadas a las decisiones del gobierno nacional), internacionales (vinculadas con una mirada globalizada del problema) y las económicas de la pandemia (ligadas a su impacto y a la asistencia por parte del Estado a los grupos sociales más perjudicados) también fueron destacadas en las coberturas de este primer período, aunque de manera secundaria. Cabe mencionar que únicamente en la irrupción se resaltaron aspectos vinculados con la asistencia estatal.

Con la llegada de la primera ola, las coberturas que enfatizaron atributos sanitarios se volcaron hacia los porcentajes de ocupación de las camas de terapia intensiva en todo el país y hacia los protocolos de cuidado para evitar un colapso del sistema sanitario. Al mismo tiempo, se resaltaron aspectos referidos a las vacunas, al ritmo de los protocolos que ya estaban en marcha. Si bien la política se mantuvo aquí como un atributo destacado de la pandemia (sobre todo en un tono crítico por la gestión gubernamental del problema), aquellos vinculados a la economía perdieron terreno. En su lugar, afloraron los relacionados con los espectáculos: fueron noticia todas aquellas personas famosas que se contagiaron.

Por último, el pico de Ómicron presenta otras variaciones. Por un lado, los medios priorizaron los atributos sanitarios del asunto para explicar, por ejemplo, cómo esta variante resultaba más contagiosa que otras. Así también creció la presencia de aspectos vinculados con las vacunas y su efectividad. Otros atributos que aparecieron en este momento como una novedad se relacionan con la educación (por la proximidad con el comienzo del ciclo lectivo 2022 y por las dudas sobre los sistemas presenciales, virtuales o híbridos a llevar a cabo y los protocolos que debían seguirse), los deportes (marcados por el comienzo de un nuevo campeonato de fútbol profesional en la Argentina y por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Fútbol Qatar 2022) y el turismo (incentivado por el programa nacional PreViaje, que motivó a que los argentinos ocuparan la totalidad de la capacidad hotelera en diversos puntos del país).

Si se presta atención a los desplazamientos de cada medio, se observa que, aunque durante todo el período de irrupción el tema principal de las agendas fue la pandemia, Página 12 aprovechó para destacar las características políticas del asunto resaltando las decisiones del gobierno nacional que, en un principio, fueron bien aceptadas por todos. Con la primera ola ya comienzan a mostrarse diferencias: la economía aparece como el tema central de la agenda de La Nación, y en Página 12 cobra lugar la política por sobre la pandemia. En Infobae, en este período se enfatizan los aspectos de la pandemia que tienen que ver con los espectáculos. Por último, en el tercer recorte, la pandemia desaparece como tema principal de las agendas de todos los medios y se reconfiguran los asuntos tradicionales, que recuperan el tinte polarizado a través de la política y de la economía.

En consonancia con estas variaciones, las maneras de encuadrar el tema también fueron fluctuando con el transcurso del tiempo. Para este estudio se trabajó con la propuesta de Semetko y Valkenburg, dos autoras que plantean cinco encuadres genéricos que podrían presentarse en cualquier texto noticioso: el encuadre de conflicto, centrado en el desacuerdo –ya sea entre instituciones, grupos o individuos–; el de atribución de responsabilidad, en el cual se le asigna la responsabilidad por el problema o su solución a una institución, grupo o individuo; el encuadre de interés humano, que desarrolla un tratamiento emocional o se centra en el rostro humano del asunto; el de moralidad, que prescribe cuestiones morales o religiosas, y el de consecuencias económicas, que presenta el problema en términos económicos que se deberán afrontar.

En el período de irrupción, el encuadre predominante en las coberturas mediáticas sobre la pandemia fue el de interés humano. Casi siete de cada diez notas referidas al tema hicieron hincapié en cómo el problema afectó a los individuos; allí se incluyeron aspectos privados e imágenes que ayudaron a construir las historias de vida enmarcadas en los efectos humanos de la pandemia. Por lo general, en este primer momento, los medios se centraron en el costado sanitario del asunto; es decir, en quiénes eran los primeros contagiados, cuáles habían sido sus viajes, cuántos años tenían, cómo transitaban sus días en las terapias y cómo evolucionaban sus diagnósticos. Sin embargo, la prevalencia de este encuadre comenzó a descender hacia la primera ola de contagios (54%) y terminó por diluirse con el pico de Ómicron: menos de tres de cada diez notas presentaron este encuadre.

En relación con la atribución de responsabilidad, los datos reflejan que en un primer momento el Poder Ejecutivo nacional, como institución o a través de sus organismos y funcionarios, fue identificado como aquel con la capacidad de resolver el asunto. Luego, en la primera ola, creció de 5% a 29% el porcentaje de notas que les adjudicaron la responsabilidad por la solución de la pandemia a los gobiernos locales, en consonancia con la implementación de protocolos provinciales. Por último, con la llegada de la variante Ómicron, la mirada se volcó hacia el comportamiento individual de las personas, caracterizadas como responsables del problema y de su solución.

La puesta en valor de la moral, del accionar colectivo en virtud de un bien común, de la necesidad de cumplir con las normas y de “cuidarnos entre todos” también fue una postal de los momentos más críticos: el de la irrupción por la incertidumbre exacerbada y el de la primera ola, por el temor al colapso de las terapias intensivas del país. A pesar de que la variante Ómicron se adjudica el récord de contagios desde que empezó la pandemia, la alusión al buen comportamiento en las noticias sobre la pandemia disminuyó más de la mitad respecto de la primera ola.

En cuanto al encuadre de conflicto y aquel que hace foco en la interpretación económica del asunto, no aparecen como sobresalientes en ninguno de los tres períodos analizados. Esto podría encontrar explicación en que estos enfoques rápidamente recuperaron su rol de condimento central de los temas económicos y políticos que se reposicionaron en las agendas, por fuera de la pandemia.

Por último, en cuanto a los encuadres predominantes en el tratamiento que cada medio realizó en las noticias sobre la pandemia, se observa como diferencia que, durante la irrupción, Clarín sí hizo foco en el conflicto y en las pérdidas y/o ganancias futuras a nivel económico, mostrando una posición editorial más marcada respecto de La Nación, Infobae y Página 12. Además, otro aspecto destacable es que Página 12 no atribuyó la responsabilidad del problema en casi ningún caso al gobierno nacional.

A modo de reflexión

A lo largo de la pandemia extendida, el asunto pasó de ser un tema que monopolizaba las agendas mediáticas haciendo énfasis en la importancia de sortear las diferencias políticas a favor de un bien común (la salud pública), a ser totalmente desplazado del primer lugar del ranking de asuntos más destacados en las homes de La Nación, Clarín, Página 12 e Infobae.

Este artículo confirma que nueve de cada diez notas publicadas en la irrupción de la pandemia fueron sobre Covid-19, sin embargo, con el paso del tiempo, el asunto fue perdiendo lugar. En el tercer período analizado, la pandemia desaparece como tema principal de las agendas de todos los medios estudiados; mostrando un espejo invertido respecto del primer momento.

Del mismo modo, los encuadres que enmarcaron el tema en términos de interés humano y de moralidad también fueron diluyéndose con el paso del tiempo. Así, no solo se volvieron menos compactos, sino que además dieron paso a que primaran los aspectos individuales del problema, pasando de encuadrarse como un asunto cuya solución se le atribuía al gobierno nacional, a ser un problema que debía resolver particularmente cada persona.

Como consecuencia de estos desplazamientos, la política y la economía volvieron a tomar la delantera en la composición temática de las agendas, en clave polarizada. Así, el “cierre de la grieta” que se vaticinaba con los primeros casos mostró con el tiempo que los “desacuerdos sociales políticamente binarizados” en nuestro país (en términos de María Esperanza Casullo e Ignacio Ramírez en Polarizados) son aún más persistentes –y consistentes– en el tiempo. La polarización vuelve a aparecer, entonces, como una clave interpretativa fundamental para entender, incluso, uno de los sucesos sanitarios más relevantes que nos ha tocado experimentar en la historia reciente.

Autorxs


Carla Antonella Arcangeletti Yacante:

Licenciada en Comunicación Social y doctoranda en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo. Es integrante del Observatorio de Medios y Comunicación de esa universidad y becaria doctoral del CONICET.

Celeste Gómez Wagner:
Becaria Doctoral (CONICET/UNQ). Maestranda en Periodismo y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Docente en la Universidad Nacional Scalabrini Ortiz. Integra el Observatorio de Medios sobre Agendas, calidad informativa y procesos productivos en medios de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).