Un mundo envejecido es un mundo mejor
Una sociedad que conserva su capital social, su historia y su experiencia es una sociedad más y mejor integrada, y puede aprovechar toda la riqueza y sabiduría que da la experiencia de las personas mayores a favor del desarrollo de la comunidad. Para alcanzar ese objetivo es necesario un nuevo tipo de conciencia sobre el envejecimiento. Algunas claves del caso argentino.
Estamos en un momento histórico, dado que asistimos a un cambio en la posición del ser humano frente al tiempo. El alargamiento de la vida de un sujeto ya no es un tema individual sino social. Esto demuestra que se ha democratizado el acceso a los transcursos vitales más largos, con etapas más diferenciadas, y con la posibilidad de seguir construyendo un proyecto a lo largo de toda la vida. ¿Por qué un mundo envejecido es un mundo mejor? Porque es una sociedad que conserva su capital social, su historia y su experiencia como nunca antes se ha visto. Porque se puede aprovechar toda la riqueza y sabiduría que da la experiencia de las personas mayores a favor del desarrollo de sociedades más justas.
Es sabido que debido a los múltiples conocimientos científicos y los recursos socio-sanitarios, el hombre pareciera estar realizando un sueño bíblico, el poder vivir más años o “concluir sus días”, lo que ha producido un cambio demográfico al que se lo denomina “envejecimiento poblacional”.
Este cambio demográfico debe ser visto como un logro de la humanidad, más allá de los costos y complejidades que se deban atender. Es por ello necesario legitimar y valorizar las diversas etapas vitales desde un modelo de sociedad que permita sostener la calidad de vida y el desarrollo permanente del ser humano.
Las transformaciones que se desprenden de este cambio demográfico impactan sobre el curso de vida de los individuos y de las sociedades, razón por la cual debemos atender los múltiples requerimientos que se demandan para realizar este logro social.
Todo esto nos lleva a reflexionar acerca de la importancia de un nuevo tipo de conciencia sobre el envejecimiento, las personas de edad, y los largos cursos de vida actuales. Tarea que debe imponerse esta sociedad para conformar una cultura del envejecimiento.
Esta cultura del envejecimiento debe ser el fruto de un nuevo acuerdo social a partir del cual sea posible pensar una sociedad con sujetos con edades más diferenciadas, con demandas y recursos diversos y en el que se pueda pensar en una ética compartida que logre dar cuenta de dichas diferencias para poder dotarla de un sentido positivo y transformador.
Escenarios demográficos
El estudio del envejecimiento humano se ha convertido en un tema primordial en la agenda pública mundial. En el siglo XX se ha visto una revolución en la longevidad. El informe de Estado de la Población Mundial 2011 realizado por UNFPA manifiesta que el mundo cuenta con 7.000 millones de habitantes, de los cuales 893 millones son personas mayores de 60 años. En América latina, en los últimos 50 años, la esperanza de vida ha aumentado casi 20 años. La demografía nos muestra que nuestro país ha envejecido y que esta tendencia se profundizará en los próximos años. La República Argentina se encuentra entre los países más envejecidos de América latina, junto a Uruguay, Cuba y Chile.
La transición demográfica a partir de mediados del siglo XVIII en los países desarrollados está ligada a las transformaciones económicas vinculadas a la industrialización y a los cambios en las condiciones de vida de la población. Mientras que el envejecimiento se produjo en los países industrializados de manera paulatina, en los países no desarrollados se produjo aceleradamente. El tiempo para que se duplicara la proporción de personas de 65 años y más desde un 7% hasta un 14% fue de varias décadas en los países europeos (y nada menos que de 115 años en el caso de Francia). En cambio, en América latina y la mayoría de los países del Caribe este proceso está siendo mucho más rápido. No obstante, los distintos países de la región se encuentran en diversas etapas de la transición demográfica. Bolivia, Guatemala y Paraguay (5 a 7%) se encuentran en una etapa de envejecimiento incipiente. Colombia, Ecuador, México y Venezuela presentan un envejecimiento moderado (7 a 8%). Brasil (8 a 10%) moderado avanzado y finalmente Uruguay, Cuba, Chile y Argentina (más del 10%) de envejecimiento avanzado.
En los últimos 50 años la región de América latina y el Caribe pasó de una esperanza de vida de 52 años a 70 años, y una disminución de la fecundidad de 6 a 2,8 hijos por mujer, lo que produjo que el crecimiento de la población descendiera de 2,7 a 1,6% del crecimiento medio anual.
Las personas mayores en la Argentina
1. Envejecimiento poblacional
El total de la población adulta mayor de la Argentina asciende a 5.725.838 personas y representa el 14,3% de la población total. La esperanza de vida al nacer, según el estudio de Proyecciones de población 2010-2015 del Indec, es de 76,4 años para toda la población, siendo de 80 años para las mujeres y de 73 para el hombre. Por ello en la vejez el grupo mayoritario es el de las mujeres.
Gráfico 1. Pirámide de población de Argentina. Año 2010
Fuente: INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.
Las proyecciones poblacionales correspondientes a las pirámides de 2025 y 2050 muestran que esta tendencia del envejecimiento poblacional se acentuará en la medida en que la base que representa a los niños y jóvenes se achicará al mismo tiempo que aumentarán los grupos de edad intermedia y las personas mayores de 60 años. La sobrevivencia de las mujeres, en especial en edades muy avanzadas, continuará como tendencia general.
Gráfico 2. Pirámide de población de Argentina. Años 2025 y 2050
Fuente: INDEC, Proyecciones en base a los resultados del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.
La población mayor del país es fundamentalmente urbana. Algo menos que una de cada diez personas mayores habita en áreas rurales y el resto lo hace en áreas urbanas. Cabe aclarar que el peso de la población mayor no es uniforme en todo el país: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la jurisdicción más envejecida (22% de su población tiene 60 años y más) en tanto que Tierra del Fuego es la más joven (6,4% de su población tiene 60 años y más).
2. Cobertura de jubilaciones y pensiones
Hoy la Argentina es el país de Latinoamérica con mayor cobertura previsional. La casi totalidad de la población, 95%, accede actualmente a la jubilación o pensión, dada la flexibilización en el acceso al régimen previsional a partir de haber alcanzado la edad jubilatoria, de acuerdo con las moratorias implementadas a partir de 2005 y la universalización de las pensiones no contributivas.
3. Educación
Lo que podemos observar es una notoria disminución del analfabetismo, dado que en el 2001 los datos del Censo nos mostraban que el 6% de la población era analfabeta. Es así que según datos de la Encuesta Permanente de Hogares de 2011, sólo el 1,5% de los varones y el 2,8% de las mujeres mayores no saben leer ni escribir.
Un dato inédito que nos permite ver el Censo 2010 es la utilización de la computadora. El 18% de la población mayor la utiliza y esta situación implica un importante logro y al mismo tiempo un desafío a fin de promover entre ellos una alfabetización informática mayor.
4. Salud
La primera causa de muerte de las personas mayores son las enfermedades del sistema circulatorio, le siguen en importancia los tumores y las enfermedades del sistema respiratorio. La prevalencia de las primeras es algo mayor entre las mujeres que entre los varones, en tanto que se da una prevalencia inversa (mayor entre los varones) en los tumores. Las principales causas de muerte y discapacidad en las mujeres mayores son las enfermedades coronarias y el ACV, que provocan cerca del 60% de las defunciones. En los países en desarrollo la mitad de las muertes de mujeres mayores de 50 años se debe a estas enfermedades. El riesgo de una mujer de raza caucásica mayor de 50 años, con osteoporosis, de padecer una fractura se sitúa entre el 30% y el 40%. Este riesgo se multiplica por 20 al llegar a edades comprendidas entre los 60 y los 90 años. Las mujeres tienen más enfermedades crónicas que los varones, por ello es muy importante pensar en políticas y programas con perspectiva de género; las mujeres en la vejez se quedan solas, con discapacidades, muchas veces sin ingresos y sin que nadie las cuide. Afortunadamente estas situaciones desfavorables pueden ser revertidas con políticas sociales.
5. El impacto del envejecimiento poblacional en la familia
El proceso de envejecimiento poblacional imprime modificaciones en el seno de las familias y en las relaciones inter e intrageneracionales dentro de ellas. Así es que surgen las llamadas familias “verticalizadas”, en las que como consecuencia de la baja tasa de natalidad hay menos parientes laterales (hermanos, tíos, primos). Aumentan las relaciones intergeneracionales y disminuyen las intrageneracionales por falta o disminución de dichos miembros.
6. Políticas nacionales gerontológicas
Las políticas de vejez se entienden como aquellas acciones organizadas por el Estado frente a las consecuencias sociales, económicas y culturales del envejecimiento poblacional e individual.
Plan Nacional de las Personas Mayores. El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación coordina la aplicación del Plan Nacional de las Personas Mayores 2012-2016. Allí se encuentran plasmadas muchas de sus políticas y programas. Para la elaboración de este plan, el ministerio convocó a personas mayores, gobiernos provinciales, universidades, técnicos, profesionales y representantes de la sociedad civil. Por ello hablamos de un plan escrito con participación.
Entre las a acciones del Ministerio de Desarrollo Social podemos mencionar:
a) El Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios. Creemos fundamental la formación de cuidadores domiciliarios con el fin de que las personas mayores envejezcan en sus casas al cuidado de personas capacitadas. Ya hemos formado 30.000 y esperamos llegar a los 40.000. En el marco de la sanción de la Ley de Identidad de Género, la dirección refuerza su compromiso con la perspectiva de género que atraviesa a todas las acciones y con la diversidad como uno de sus principios. De esta forma se promueve la incorporación de personas de la comunidad LGTTBI en todos los Cursos de Formación de Cuidados Domiciliarios.
b) La carrera de posgrado Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional donde llevamos formados 710 profesionales de todo el país en convenio con la Universidad Nacional de Mar del Plata. Es de carácter público, gratuito y federal.
c) Las acciones de fortalecimiento institucional con centros de día y residencias de larga estadía para personas mayores insertas en todo el país.
d) El Programa Nacional de Educación, Cultura y Comunicación: se destaca el proyecto de La Experiencia Cuenta, donde adultos mayores enseñan oficios a jóvenes permitiéndoles una salida laboral.
e) El Programa Nacional de Promoción de la Autonomía Personal.
f) El Programa Nacional de Promoción del Buen Trato a las personas mayores.
g) El Programa Nacional de Promoción de la Calidad de Vida para Personas con Deterioro Cognitivo, Alzheimer y otras Demencias.
h) El Programa Nacional de Voluntariado Social.
i) El Consejo Federal de Personas Mayores, órgano donde todos los actores involucrados en la temática gerontológica nacional y provincial, con la participación mayoritaria de los adultos mayores, se juntan a fijar prioridades para el sector.
Lineamientos internacionales
El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores (DINAPAM) de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENNAF), viene liderando activamente en el plano internacional y regional, tanto en la Organización de la Naciones Unidas (ONU) como en la Organización de Estados Americanos (OEA), la elaboración de una Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores. En el ámbito de OEA se está elaborando y discutiendo el texto de la convención. La Argentina es reconocida por sus avances en materia de políticas gerontológicas por toda la región de Latinoamérica y el Caribe.
Quisiera terminar con una frase del Plan Internacional de Madrid que nos dice: “Cuando el envejecimiento se acepta como un éxito, el recurso de las competencias, experiencias y recursos humanos de los grupos de más edad se asume con naturalidad, como una ventaja para el crecimiento de sociedades humanas maduras plenamente integradas”.
Autorxs
Mónica Roqué:
Médica Cirujana, Magister en Administración de Servicios de Salud y Seguridad Social con Especialización en Tercera Edad y Discapacitados, OISS, UNLM. Magister en Dirección y Gestión en Sistemas de Seguridad Social. Universidad de Alcalá, España. Directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores, de la SENNAF-Ministerio de Desarrollo Social. Coordinadora General del Plan Nacional de las Personas Mayores. Presidenta de la delegación Argentina ante ONU y OEA en el grupo de trabajo sobre la convención de derechos humanos para las personas mayores. Secretaria Ejecutiva del Consejo Federal de Mayores, Responsable Nacional del Proyecto Observatorio de Mayores. Directora de la carrera de posgrado Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional, de la Facultad de Psicología de Mar del Plata.