| Por Horacio A. Feinstein | En los últimos treinta años la población urbana ganó en importancia debido a su incremento en contraposición a la población rural, pero en este proceso la ciudad fue modelada según la conveniencia del mercado y en detrimento del interés público. Los fenómenos de la construcción y el tratamiento de los residuos son un claro ejemplo. Sin dudas, la mayor deuda de nuestra democracia en este terreno es la ausencia de planificación.