Por una cooperación Sur-Sur enriquecedora e inclusiva

Por una cooperación Sur-Sur enriquecedora e inclusiva

Como respuesta al proceso de globalización que condujo a una lógica proteccionista en los países centrales, con efectos altamente negativos para nuestros pueblos, los Estados del Sur dieron muestras, en los últimos años, de su determinación de unir fuerzas para liberarse de la dependencia de las grandes potencias del Norte y construir una relación democrática entre iguales que facilite la construcción de un mundo multipolar. ¿Será posible mantener estos lineamientos en el nuevo escenario mundial?

| Por CIPDH y Pierre Sané |

El Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) tiene como mandato contribuir a la consolidación del sistema democrático y la vigencia de los derechos humanos, con foco en los valores de la vida, la libertad y la dignidad humana a nivel internacional. Es un organismo que posee un papel innovador de coordinación y vehiculización de redes, especialmente conectando a la sociedad civil con los gobiernos de los Estados miembros y las redes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), fortaleciendo y difundiendo las experiencias de los distintos sectores e instituciones, grupos de investigadores, organismos internacionales, universidades y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, y considerando que la cooperación internacional constituye un instrumento fundamental para fortalecer y complementar las capacidades institucionales.

De este modo, el CIPDH desarrolla sus actividades promoviendo instancias de diálogo e interacción estratégica con el objetivo de generar sinergias que permitan la promoción y la protección de los derechos humanos atendiendo los nuevos desafíos que el escenario mundial plantea: asegurar la defensa y consagración de la vida y la dignidad humana, en un contexto de paz sostenible y no agresiva con el ambiente. En esta línea de acción y en conmemoración del Día del Patrimonio Mundial Africano, proclamado por la UNESCO el 5 de mayo, y del Día Mundial de África, celebrado el 25 de mayo, el CIPDH llevó adelante “África en movimiento”.

A través de diversas actividades –conferencias, exhibiciones artísticas y charlas debate–, “África en Movimiento” propuso un acercamiento al valor de la cultura, la historia y las riquezas africanas, reconociendo que la preservación y valorización de la diversidad cultural y del patrimonio reafirman la dignidad de los pueblos, enaltecen su historia y los empodera como pueblos soberanos. Más aún, valorizar la cultura nutre las capacidades y contribuye al desarrollo humano de las comunidades, aportando en el camino de la paz, la cohesión social, el respeto mutuo y el entendimiento entre individuos y grupos.

En este marco, Pierre Sané analizó las contribuciones y desafíos de la cooperación Sur-Sur entre América latina y África en el actual contexto internacional y presentó la iniciativa “Afro-Latina”, la cual pretende la conformación de un foro de reflexión permanente entre ambas regiones.

La Cooperación Sur-Sur afro-latinoamericana

Entre los analistas que lamentan la marginación de África en el proceso de globalización, bastante pocos se preocupan por saber por qué y a través de qué trabas políticas y económicas se la excluye de las nuevas oportunidades de prosperidad. Menos frecuentes aún son los defensores de las recetas neoliberales capaces de imaginar para África un futuro diferente del de su dependencia funcional respecto de Occidente.

Sin embargo, el ingreso de Rusia, China, India, los países del Golfo Árabe, Brasil y Argentina, entre otros, a la escena económica mundial, las fluctuaciones del precio del petróleo, la revalorización estratégica de los recursos naturales que África posee y las promesas de los mercados africanos, han cambiado la situación durante los primeros años del presente siglo. La urgencia de las nuevas potencias económicas latinoamericanas y asiáticas por fortalecer sus intercambios con África no ha dejado desde entonces de cuestionar el afro-pesimismo ampliamente extendido en los círculos dirigentes, incluidos los africanos, a partir de los noventa.

Cabe señalar que, al deslegitimar los discursos ideológicos surgidos de la conferencia de Bandung de 1955 sobre la solidaridad del Tercer Mundo, la globalización condujo a una lógica del “cada uno para sí mismo” que tuvo efectos negativos en el comercio con África. Pero paradojalmente, asimismo permitió el desarrollo de nuevas convergencias de intereses y de complementariedades económicas entre África, Asia y América latina que están reconfigurando las relaciones internacionales.

Los éxitos de las tres cumbres África-América del Sur (ASA) –Nigeria (2006), Venezuela (2009) y Guinea Ecuatorial (2013)–, las dificultades que encuentran los africanos para firmar acuerdos de cooperación económica (ACE) con la Unión Europea, y la creciente resistencia a las condiciones impuestas por el Banco Mundial para sus préstamos, son ejemplos significativos de este cambio en las relaciones de fuerza a escala mundial, que marca un viraje en las relaciones entre África y América latina, focalizándose en el reforzamiento de las cooperaciones socioeconómicas Sur-Sur.

El Sur da muestras de su determinación de unir fuerzas para liberarse de la dependencia de las grandes potencias del Norte, así como de la voluntad de construir una relación democrática entre iguales que facilite la construcción de un mundo multipolar.

La misma globalización impiadosa que había relegado a África al rango de “continente perdido”, hoy le ofrece nuevas perspectivas para salir del coto cerrado de la dominación poscolonial y construir otro tipo de cooperación con América latina y el Caribe. Esta reconexión, facilitada por una muy larga historia de intercambios entre los dos continentes, de ahora en más debe realizarse sobre las sólidas bases de la interdependencia política y económica, ya que el desarrollo del Sur depende de las asociaciones internacionales que lleve adelante.

Tanto África como América latina tienen necesidad de socios que aporten nuevas capacidades, tanto expertise como recursos, para hacer frente a los desafíos que los dos continentes enfrentan en la actualidad. La cooperación entre África y América latina es por cierto embrionaria, pero crece a ritmo rápido. En el plano económico, algunos países, como Brasil y Venezuela por un lado, y África del Sur y los países petroleros por el otro, la llevan adelante. Globalmente está caracterizada por un desequilibrio comercial en beneficio de América latina, y si bien las iniciativas son cada vez más numerosas y variadas, a menudo responden ante todo a consideraciones del desarrollo nacional. El ejemplo más patente es el del fortísimo interés de Brasil por los biocombustibles, que se han transformado en prioridad. Por su parte, África puede aprender de la experiencia de los países de América latina en lo que hace al papel que juegan el Estado y las políticas públicas en pos de diversificar la economía, crear empleos, levantar las barreras a la creación de empresas, atraer inversiones, asegurar una transferencia eficaz de tecnología y de savoir-faire.

Una cooperación que suscita interrogantes

Si bien la cooperación con América latina genera muchas esperanzas en África, las ambiciones puestas de manifiesto por los países americanos y sus intereses particulares en los recursos naturales no deja de suscitar interrogantes e inquietudes en sus socios africanos. Las enseñanzas del pasado (tráfico de esclavos, reparto colonial, prácticas neocoloniales) llevan a la nueva generación de líderes africanos a plantearse interrogantes que permitan anticiparse al futuro de este acercamiento:
• ¿El renacimiento de la cooperación afro-latinoamericana podría crear una dinámica favorable para el despegue de África y ayudarla a sacar conclusiones a partir del fracaso de la asistencia para el desarrollo?
• ¿La cooperación orientada hacia el campo comercial entre África y América latina no se realizará, en el largo plazo, en detrimento del continente africano?
• ¿El modo como latinoamericanos y brasileños se precipitan sobre los recursos naturales africanos no corre el riesgo de conducir a los mismos resultados que el colonialismo europeo?
• ¿Cómo hacer para que una verdadera cooperación Sur-Sur, perdurable en el tiempo, se implemente sin reproducir dependencias pasadas?
• ¿Los acuerdos a nivel bilateral favorecidos por los socios latinoamericanos no pondrían en tela de juicio las políticas de integración regional deseadas por la Unión Africana y los pueblos africanos?
• La competitividad de los productos latinoamericanos que se apoya en el poderío financiero de sus países de origen, ¿acaso no decretaría la muerte de la pequeña y naciente industria africana?
• Los colosales préstamos financieros acordados por el momento a tasas ventajosas, ¿no arrastrarían poco a poco a los países africanos a un nuevo círculo vicioso de endeudamiento?

Estas son algunas de las preguntas que surgen a partir de la aceleración del fortalecimiento de los lazos entre América latina y África. Preguntas pertinentes y legítimas que interpelan tanto a quienes toman decisiones políticas y económicas cuanto a los líderes de la sociedad civil. Preguntas a las que deberían prestar atención aquellos que operan en pos de una beneficiosa y sustentable cooperación para todos, entre África y América latina. Aún más, no es posible encarar el contexto internacional actual sin una profunda reflexión acerca de la naturaleza y sobre todo las consecuencias de la crisis económica y fiscal global. ¿Qué repercusiones deben esperarse de una eventual cooperación afro-americana? ¿Debemos temer un debilitamiento sensible de África? ¿En qué aspectos y a partir de cuándo? ¿Cómo tratar de paliar los mayores efectos de la crisis en curso?

La necesidad de un foro de reflexión sobre la cooperación África-América latina

Si bien existen encuentros a muy alto nivel político entre africanos y sudamericanos, como el ASA, los políticos y quienes actúan en el mundo de los negocios, la investigación científica y la sociedad civil en general de los dos continentes no disponen aún de un verdadero foro para intercambiar y reflexionar en conjunto acerca de los desafíos que plantea esta nueva asociación, no solo en sus países y regiones, sino también en el mundo.

Por cierto, tanto aquí como allá hay foros de intercambios y consulta puntuales entre especialistas de las dos regiones, los cuales tienen que ver con cuestiones específicas (finanzas, import-export, industrias, infraestructuras, biocombustibles, entre otros), pero que no dan una visión holística y prospectiva de las relaciones afro-americanas. Cierto es que tanto en África como en América latina y en el resto del mundo comienzan a aparecer estudios y revistas especializados que analizan esta cooperación, pero no necesariamente reflejan los resultados de un diálogo entre los principales interesados.

Por este motivo, se propone la creación de un foro permanente África/América latina sobre desarrollo sustentable que se convierta en un lugar propicio para los intercambios y pueda reunir con frecuencia regular a los principales actores de los dos continentes, a saber responsables económicos –hombres de negocios, empresarios, financistas–, dirigentes políticos, intelectuales, líderes de la sociedad civil, representantes locales. Al funcionar según el modelo del Foro de Davos, este foro busca ofrecer un marco privilegiado a los responsables de África y América latina para reflexionar acerca de los medios para ampliar, diversificar y mejorar la cooperación entre los países de los dos continentes en el nuevo contexto mundial.

Es necesario establecer con urgencia una visión compartida del futuro de la cooperación entre África y América latina. Y es posible que estos aportes a esa visión compartida se hagan a través de un diálogo permanente y animado por una voluntad común de crear iniciativas en todos los sectores y para todos los actores. “Afro-Latina” se trata de una iniciativa de espacio para el intercambio y el diálogo, nutrida por una participación inclusiva que asocie, más allá de los círculos de negocios y de los responsables gubernamentales, a la comunidad científica, a las organizaciones de la sociedad civil, a los medios de comunicación masiva, pero también a los responsables políticos locales, a fin de llegar a obtener una asociación mutuamente beneficiosa así como acciones y compromisos claros, transparentes y justos. Cada edición de la Iniciativa “Afro-Latina” será enriquecida por una evaluación crítica de la cooperación entre África y América latina y recomendaciones en materia de políticas públicas y orientaciones estratégicas.

La Iniciativa “Afro-Latina” brindará una ocasión para identificar y anticipar las implicancias a largo plazo de la cooperación entre África y América latina. A través de sus mecanismos, el foro propuesto pretende informar y acompañar a las partes intervinientes en sus relaciones de cooperación, desde la identificación y definición de políticas o proyectos innovadores hasta su ejecución efectiva y operativa.

Lo que está en juego es permitir que los socios africanos y latinoamericanos se nutran de este think tank internacional reactivo y que agrupe a todos los actores involucrados en los intercambios entre las dos regiones (gobiernos, investigadores, sociedades civiles, círculos de negocios, medios masivos, responsables políticos locales, entre otros actores clave) con el fin de evaluar, acompañar y orientar el desarrollo de las relaciones entre los dos continentes. El objetivo último del foro es facilitar reflexiones e intercambios acerca de las oportunidades que ofrece la nueva asociación entre África y América latina, y acerca de los desafíos que plantea el rápido desarrollo de las relaciones afro-americanas a nivel nacional, regional y global.

Autorxs


CIPDH:

Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos es un Centro de Categoría II de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) dedicado a los Derechos Humanos a nivel internacional que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Argentina como un organismo descentralizado.

Pierre Sané:
Fundador y presidente del Instituto “Imagine África”. Ex director adjunto para Ciencias Sociales y Humanas de UNESCO. M. Sc. in Public Administration and Public Policy, London School of Economic.