Editorial: Ni tan lejos ni tan cerca

Editorial: Ni tan lejos ni tan cerca

| Por Abraham Leonardo Gak |

Presentar un panorama completo sobre la historia y el desarrollo de los países que conforman el continente asiático es una tarea que excede la posibilidad de ser abarcada en un solo número de nuestra revista. Ni hablar si lo que pretendemos es dar cuenta de los vínculos que nuestra región tuvo y tiene con un territorio que está literalmente al otro lado del mundo. No obstante, aunque más no sea para incentivar un debate más profundo, nos propusimos presentar aquí una multiplicidad de miradas expertas sobre este continente que alberga a más del 60 por ciento de la población mundial.

Un continente caracterizado por la diversidad; donde encontramos un gran núcleo de países que han sufrido en los últimos 50 años importantes cambios estructurales, que han alcanzado un desarrollo industrial sustantivo y han visto modificada su geografía, su fisonomía y la distribución de su población al interior del territorio. Diversidad que se expresa también en los diferentes sistemas de gobierno existentes, atravesados a su vez por cuestiones étnicas y religiosas, que muchas veces llegan a afectar a millones de personas, ya sea que se vean obligadas a desplazarse de sus territorios, a vivir aisladas o sumidas en la pobreza y el terror a perder sus pertenencias o hasta la vida en cualquier momento.

En un continente tan amplio y vasto, hay varias regiones que se encuentran inmersas en conflictos bélicos, debido, en muchos casos, a la intervención de los grandes centros económicos occidentales, que tienen como único objetivo la apropiación de las reservas naturales de las que Occidente carece. Claro ejemplo de esto son los conflictos en Medio Oriente que llegan, a través de la crisis de Turquía y Siria, incluso, a las propias fronteras con Europa.

A pesar de las limitaciones señaladas, muchos de estos países tienen una presencia significativa en el comercio internacional, participando en la provisión de productos de alta tecnología incorporada. Un formidable desarrollo industrial en las últimas décadas es lo que sustenta esta situación. Sin embargo, es importante destacar que el extraordinario progreso industrial, en todos los casos, se sostiene con políticas de bajos salarios, que, en muchos casos, están unidas a un proceso de urbanización de poblaciones rurales con condiciones de vida más que precarias.

Nuestra región, si bien es ajena a estas confrontaciones que sufre cotidianamente Asia, está obligada a mantener un vínculo cada vez más cercano con algunos países de la región, ya que son receptores de nuestras producciones y, en muchos casos, nos proveen de productos a valores altamente competitivos con respecto a los de las potencias occidentales.

En este escenario, nuestros países deben estar atentos y preparados para afrontar cambios en esta relación incipiente. La capacidad que los países asiáticos han demostrado para resolver problemas de toda índole y para encontrar soluciones efectivas nos debe hacer pensar acerca de la posibilidad de que, en un futuro, puedan dejar de ser adquirentes de parte de nuestros productos primarios. Tal vez, su tenacidad les permita encontrar la forma de desarrollar y producir bienes y servicios alternativos y, de este modo, reduzcan su dependencia del exterior. El desafío no será inmediato, pero inexorablemente se presentará, y habremos de estar preparados para ello.

Por último, no podemos ignorar la influencia que las distintas culturas provenientes de ese continente ejercieron a través de los siglos (y continúan ejerciendo) sobre Occidente. No hay que olvidar que su pensamiento filosófico y religioso ha tenido, en muchos casos, un papel iniciático en el de nuestros pueblos originarios. Lo mismo con sus alimentos y sus invenciones industriales y tecnológicas.

Como bien se señala en uno de los artículos de la revista, Asia se ha convertido en el nuevo centro de gravitación mundial, y, a pesar de sus conflictos, su multiplicidad étnica, lingüística, religiosa y política, será imprescindible para nuestra región mantener e incrementar los lazos comerciales y culturales con los países que lo componen.

Autorxs


Abraham Leonardo Gak:

Director de Voces en el Fénix.