Entrevista a Federico Orchani: “El protagonismo de la lucha”

Entrevista a Federico Orchani: “El protagonismo de la lucha”

| Voces de los movimientos sociales |

Federico Orchani es el vocero del Frente Popular Darío Santillán e integrante de la Cooperativa de Trabajo Darío Santillán. Desde el taller comunitario de Dock Sud donde se desempeña como herrero comentó con Voces en el Fénix las perspectivas políticas de las organizaciones sociales en el contexto del Bicentenario. El FPDS es un movimiento político y social de carácter multisectorial, organizado en varios puntos del país, principalmente en el sur del conurbano bonaerense y en La Plata, sobre todo en barriadas, pero también en lugares de estudio y trabajo. Las posiciones de Orchani surgen de su práctica cotidiana de militancia de base: “Las desigualdades sociales lamentablemente hoy son parte estructural de cómo funciona el sistema económico, social y político. Que haya grandes sectores de la población excluidos, privados de la posibilidad de estudiar, de tener una educación digna, de tener una vivienda, una salud plena, sin trabajo, es una asignatura pendiente y muy grave. La dictadura genocida asesinó a toda una generación de luchadores que sí tenía un proyecto de cambio en el país. Los gobiernos que se sucedieron después no saldaron esta deuda social”.

–¿Qué cambios proponen para aliviar la situación de pobreza?
–La Argentina tiene un sistema impositivo sumamente regresivo. Es inconcebible que los alimentos y los medicamentes tengan un porcentaje tan elevado de Impuesto al Valor Agregado, casi un 21 por ciento, valores similares a países con pocas posibilidades de desarrollo, que no es caso de la Argentina, que puede alimentar millones. Es inconcebible que haya esos márgenes de IVA, que no esté discriminado, que uno pueda pagar el mismo porcentaje de IVA que por artículos de lujo. Es un problema muy grave que no haya más impuestos a los que más tienen, que no se grave la renta financiera para generar recursos que sean redistribuidos en pos del beneficio de la mayoría de la población. Una medida que está al alcance del Gobierno. Estamos hablando de medidas económicas que se pueden tomar, que en algún momento se han hecho. Está atado a la voluntad política que tengan los gobiernos que son elegidos y votados por un sector de la población. No vemos que haya hoy una voluntad política del actual proceso político de buscar cambios en beneficio de las mayorías populares, justamente porque está fuertemente condicionado por intereses de grupos concentrados de la economía, grupos económicos vinculados a la extracción de los bienes naturales, al saqueo de los recursos, a la privatización y la venta de nuestras empresas estratégicas nacionales. Este es un gobierno que responde más a esos sectores económicos y no les presta tanta atención a los sectores más postergados de la población, a las mayorías populares. No vemos que el Gobierno que tenga voluntad política ni que esté en condiciones de implementar estos cambios, para lo que es imprescindible mayores grados de organización popular y una movilización constante de nuestro pueblo.

–¿Cómo están parados los movimientos en este contexto?
–Los movimientos han tenido una etapa de retroceso importante, fundamentalmente después de la represión del 26 junio del 2002 que dejó como saldo dos compañeros muertos, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Luego el kirchnerismo tuvo una intención muy fuerte de cooptar y desarticular a las organizaciones sociales no afines al proyecto del Gobierno. Hoy en día hay de nuevo la voluntad de retomar el protagonismo de la lucha, volver a la calle con propuestas activas, los reclamos por trabajo siguen vigentes. El plan de cooperativas que anunció el Gobierno –el plan Argentina Trabaja que se anunció en agosto pasado– implica un avance, pero la implementación está atada siempre a la lógica clientelar de los punteros del PJ. Los recursos no llegan a los que realmente lo necesitan. Hay un protagonismo muy fuerte de las organizaciones por democratizar el programa y que el trabajo llegue realmente a todos y todas. Los movimientos están encaminados en ese sentido. Y no solamente por la lucha por trabajo. En nuestros barrios hay toda una propuesta concreta de organizarse no solamente por el trabajo, sino por la educación, a través de los bachilleratos populares que han conseguido un reconocimiento oficial; a través de la salud y de todas las mejoras que tienen que ver con el barrio. Las organizaciones populares son un factor de movilización y de aglutinamiento en los barrios. Y también nos estamos organizando en los lugares de estudio por la educación pública y popular y en los lugares de trabajo por un salario igual a la canasta básica, contra la precarización y por el derecho a organizarnos.

–¿Qué objetivo político se plantean?
–Planteamos la construcción de poder popular, que es la capacidad que tenemos como pueblo para autoorganizarnos. Todos los sectores que componen la sociedad, los trabajadores, los sindicatos, los estudiantes, los movimientos de género, los movimientos ambientales y asamblearios tenemos que organizarnos sin esperar que llegue alguien de afuera y nos diga lo que tenemos que hacer. Cada vez ir ganando terreno, marcos de autonomía y de organización mucho más amplios. Generar realmente una alternativa que nazca desde los sectores populares. No es algo que nace de un día para el otro, sino con toda la lucha de nuestro pueblo, fruto de todo un trabajo de años de acumulación. El horizonte es el cambio social, no solamente en la Argentina. Es imposible pensar en un cambio social en nuestro país si no nos pensamos en el contexto latinoamericano también, donde hay procesos muy ricos de construcción de poder popular, de cambio social, donde el pueblo avanza por la conquista de sus derechos y reivindicaciones, como el caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador, de los movimientos que siguen resistiendo en Brasil y en México. Hay gérmenes de una sociedad nueva, distinta, con otros valores, basada en la solidaridad, la justicia y la igualdad, en detrimento del individualismo y todos los valores negativos que nos ha entregado el sistema capitalista, que lo único que hace es dinamitar los lazos comunitarios. El cambio social tiene que ver con reconstruir todos esos lazos, con anticipar la sociedad que queremos con prácticas desde el hoy, concretas, y no esperar una cuestión mágica de toma del poder o una revolución que pase así porque sí, sino que realmente vayamos haciendo los cambios desde el hoy y fundamentalmente organizados.